El turismo es una de las principales fuerzas motrices del empleo y el crecimiento económico. En todo el mundo, genera más de 330 millones de puestos de trabajo directos e indirectos. Es decir, 1 de cada 10 empleos globales, que mayormente ocupan mujeres y jóvenes. Sin embargo, la crisis global causada por la Covid-19 impactó gravemente al sector, con efectos devastadores para las empresas y las personas que de él dependen.

De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo, a escala global, la industria se redujo en un 74 por ciento durante 2020. Por las distintas medidas sanitarias de contención y prevención, hoteles, restaurantes, operadores turísticos, aerolíneas y buques de cruceros debieron suspender actividades, ajustar su dotación de personal y congelar contrataciones, entre distintas acciones para sobrevivir a la crisis.

El golpe se sintió con mayor fuerza en América Latina. Si la actividad total se contrajo casi un 25 por ciento, la retracción para los hoteles y restaurantes de la región alcanzó un 45 por ciento aproximadamente. La OIT estimó que, como consecuencia de la pandemia, más de 26 millones de personas latinoamericanas perdieron su empleo en este sector. En la Argentina, durante la vigencia de las medidas de aislamiento, la actividad se detuvo casi por completo y la pérdida estimada es de 170 mil puestos de trabajo.

Las personas más perjudicadas son quienes trabajan en la informalidad, las mujeres y jóvenes. Al mismo tiempo, debieron cerrar más de 13.000 micro, pequeñas y medianas empresas. Ocho líneas aéreas dejaron de operar en el país, que experimenta profundas dificultades en el tráfico aerocomercial interno.

En este escenario, los desafíos se multiplican. A los retos más evidentes, se suman interrogantes menos explorados. ¿Cómo adaptarse a los nuevos hábitos y tendencias sanitarias y de consumo? ¿De qué manera recuperar la confianza necesaria para revitalizar la industria y garantizar la salud y la seguridad en el trabajo? ¿Qué estrategias permitirán disminuir las brechas y promover la igualdad de género?

En países como la Argentina, el Estado posee un rol fundamental para liderar una recuperación resiliente, inclusiva y sostenible. De hecho, durante las etapas de aislamiento y distanciamiento, el Gobierno procuró sostener el empleo con un conjunto de medidas de asistencia económica, flexibilización de restricciones y promoción de la actividad. La más reciente, el programa Previaje, quintuplicó las ventas de las principales agencias y movilizó más de AR$7.000 millones en la primera semana de su relanzamiento.

A pesar de estos grandes esfuerzos, de acuerdo con el sector empleador, solo 3 de cada 10 empresas pudieron acceder a las medidas de emergencia. En ese sentido, el turismo necesitará de mayores incentivos y ayudas para sostener la actividad y garantizar los puestos de trabajo.

EL ROMPEHIELOS

Junto al gobierno, empleadores y trabajadores cuentan con el diálogo social tripartito como instrumento para la búsqueda de soluciones. De ese modo pueden canalizarse estas preocupaciones, desde los costos de contratación y las contribuciones patronales hasta la incidencia de las aplicaciones digitales, incluyendo la litigiosidad laboral y el impulso a una formación adecuada para las demandas de un futuro cada vez más presente.

Para facilitar la articulación de políticas de gran escala que estimulen la formalización del mercado y dinamicen al turismo como herramienta para el desarrollo local, las normas internacionales del trabajo pueden orientar una recuperación del sector con trabajo decente. En consulta con los gobiernos, representantes de los empleadores y de los trabajadores deberán coordinar acciones para abordar la crisis, tomando en consideración los convenios y recomendaciones pertinentes de la OIT.

A la luz de la Declaración del Centenario, hay cuatro pilares esenciales para considerar a la hora de diseñar las respuestas políticas a corto, mediano y largo plazo: estimular la economía y el empleo; apoyar a las empresas, los empleos y los ingresos; proteger a las y los trabajadores en el lugar de trabajo; y buscar soluciones mediante el diálogo social.

Como ocurrió después de otras ocasiones de crisis y desaceleración económica en el país, el turismo argentino logrará recuperarse del impacto ocasionado por la crisis de la Covid-19. La OIT está dispuesta a brindar apoyo y continuar su trabajar con los mandantes tripartitos para promover el empleo productivo, crear trabajo decente y empresas sostenibles en el sector turismo, incluso la creación de empleos verdes. La clave estará en reconstruir mejor, en alinear los esfuerzos de la recuperación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y promover una industria más verde, más inclusiva y más sostenible, con trabajo decente, sin dejar a nadie atrás.

Por Yukiko Arai, directora de la Oficina de País de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la Argentina.

Deja tu comentario