Las elecciones de medio término instalaron un debate acerca de la postura de distintos referentes gremiales, algunos que conformaron listas y otros que apoyaron diferentes propuestas públicamente. ¿Todo da igual? ¿Qué relación hay entre la vida sindical y la construcción política? En el caso de la UOM los máximos referentes de las dos seccionales tuvieron posturas diametralmente opuestas. Tapia apoyó al oficialismo y Martínez encabezo una lista “de trabajadoras y trabajadores”, según el mismo aseveró. El periodismo también opino sobre el resultado. ¿Quién ganó y quién perdió? ¿Solo se trata de sumar votos? La importancia de un debate obligado.

(Por José Piñeiro) – Pasadas las elecciones de medio término se instaló un debate que involucra a dirigentes de la Unión Obrera Metalúrgica de la provincia, poniendo en el tapete una situación que se percibía desde hace mucho tiempo; pero que pocos expresaban públicamente, salvo en las charlas entre trabajadores del sector y sectores de la comunidad interesados en el devenir gremial.

Oscar Martínez y Héctor Tapia tienen una historia de encuentros y desencuentros, con un claro saldo favorable para este último tipo de situaciones. A los gremialistas ya no se los ve juntos, quizás la campaña electoral que llevó a Martínez al Congreso de la Nación y las últimas negociaciones paritarias compartidas, sean el claro mojón que señale el inicio de un camino que terminó en divorcio, y que no es más que un reflejo de distintas actitudes ante la actividad sindical, ante los trabajadores y frente a la vida misma.

Esos caminos diferentes, esas diferentes actitudes, trascienden largamente a Martínez y Tapia. Llevan a observar y reconocer, en cada uno, la decisión que suelen tomar hombres y mujeres –cada uno de acuerdo a su rol y posibilidades- cuando hay que pararse frente al poder y los poderosos. Pero, fundamentalmente, la diferencia se puede notar cuando los tiempos son difíciles y “la mierda viene mal”; como dijo aquel aguerrido central argentino, hoy exitoso técnico del Atlético Madrid. Porque algunos se dan vuelta y van con ella, mientras otros prefieren “agarrarla con la boca” y dar pelea; de acuerdo a los preceptos del pensador Simeone.

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