Lucía Álvarez (Río Grande, 1990). Artista plástica, escultora. A los 18 años se fue a vivir a Buenos Aires para estudiar Cosmetología Estética en la Universidad de Morón. Durante seis años se formó con Vanesa Pena en la técnica del egg art o fancy egg (arte donde se utilizan cáscaras de huevos naturales). Actualmente es estudiante avanzada de la carrera de Artes Visuales de la UNA (Universidad Nacional de las Artes).

Nos cuenta Lucía Álvarez en exclusiva para El Rompehielos:

Todo comenzó cuando vi unos documentales sobre egg art que me fascinaron. Para los que no conocen, piense que el egg art deriva de los huevos de Fabergé. Este señor ruso, respetando la forma natural, una vez al año hacía huevos con piedras preciosas, creando diferentes joyas y alhajas para obsequiar al zar y a la zarina. Nosotros utilizamos materiales similares pero lo trabajamos sobre la cáscara natural del huevo. También combinamos con la técnica de los huevos Pisanka, que es una técnica ucraniana, aunque ellos no los calan, los dejan enteros y los decoran. Los hacen con cera de velas y colores con anilinas que tiñen y van haciendo degradé en el huevo. Los que yo hago son calados, tienen bisagras para poder abrir y cerrar las puertas; algunos son como alhajeros o joyeros y también se abren. Otros tienen mecanismos internos para darles movimiento a las tapas, sonidos de cajitas musicales, relojes… Para mis creaciones utilizo huevos de ñandú, ganso, gallina y avestruz. En el egg art se cruza lo estético con cuestiones técnicas, y cada una de estas cosas mejora, embellece y encarece el trabajo.

El egg art proviene de Inglaterra. Vanesa Pena, que es la persona que durante seis me formó a mí, viajó a Gran Bretaña para aprender esta técnica. La contacté, la busqué por todos lados, era la que sabía. Ella es la que empieza esto en Argentina. Me gustaba mucho este arte porque dominarlo implica dominar muchos tipos de arte. Yo había quedado enamorada porque cada huevo es como una joya.

Actualmente estoy haciendo la licenciatura en arte para ser docente. La orientación que hago es escultura porque consideran al trabajo con los huevos como esculturas. ¡Soy la única de la carrera que hace este tipo de arte!

Doy clases a personas que recién se están iniciando en el egg art. Les enseño las técnicas básicas para que después se puedan soltar y trabajar solas.

El primer trabajo que hice fue en un huevo de gallina. Fue como para animarme.

Dependiendo de si el huevo pertenece a un animal joven o no, cambian el tamaño y la dureza. Los huevos de las hembras jóvenes son más delgados y pequeños; las mayores ponen huevos más grandes y resistentes. Nuestro trabajo está relacionado con la postura del animal. Hay momentos del año donde no se consiguen huevos. Los de ñandú, por ejemplo, provienen de la Pampa o Chile y hay que esperar a que alguien los traiga.

A los huevos se les hace un agujero para vaciarlos o, a veces, dos. Si son dos se sopla por uno y el contenido sale por el otro. Cuando es un solo agujero, se le inyecta aire, y la clara y la yema salen por el mismo agujero. Si ocurre algún quiebre en la cáscara se puede reconstruir. Siempre me dicen: ¨¿Se te han roto huevos?¨ ¡Claro, pero sé solucionarlo! (RISAS) Después, a simple vista no se puede ver cuál estuvo roto. Obviamente que algunas veces, cuando se te rompe mal, no hay forma de arreglarlo.

Todavía no he hecho muestras en Tierra del Fuego; los huevos son difíciles de transportar. Tengo en la isla uno solo, que es una mariposa que se le abren las alas. Es algo pendiente exponer Río Grande o llevar mis obras a hoteles de Ushuaia. En Buenos Aires si he participado de exposiciones.

Es muy variable el tiempo que lleva un trabajo. A veces, un mes; a veces, varios. Por una cuestión de calidad casi todos los materiales que utilizo son importados: la pintura, los hilos, el strass. Los mando a pedir a México, a Chile y algunas cosas a Inglaterra.

Digamos que en promedio, este tipo de trabajos está valuado en U$S 800. En Argentina el mercado es muy limitado, no es muy considerado este arte.

A veces me hacen encargos y son personalizados. La gente puede contactarse y ver mis trabajos en mis páginas de facebook e instagram.

Entre los artistas que admiro está Dalí, Bernini, Miguel Ángel… ¡son muchos!

En la facultad no me dejan trabajar con los huevos porque me dicen que es un arte que domino muy bien. ¡Me sacaron el huevo! ¡Me lo borraron! Fue como una cachetada. (RISAS) ¿Qué hago ahora? Estoy haciendo proyecto que son moldes de mi propio cuerpo donde cada parte va a tener un significado. Los moldes los saco como cuando a uno lo enyesan porque se quebró. Van a ser moldes de mi cuerpo, pero no de la cabeza, del cuello para abajo. En ese proyecto hago todo: soy modelo y escultora a la vez. Estoy abriendo un poco mi horizonte.

Contacto:
https://www.facebook.com/Lucia.alvarez.AE
www.instagram.com/lucia.alvarez.ok

 

 

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