José Emilio Chaile (Comodoro Rivadavia, 1949). Escritor.

Chaile llegó a Río Grande en 1972, fue docente y trabajó hasta jubilarse en el ámbito del petróleo.

Durante la cuarentena y en homenaje a Gladys Noemí Nieva, quien fue su esposa durante 44 años y falleció hace poco tiempo, escribió la obra ¨Álbum sur¨. Gladys, docente de música, le ponía música con su piano a las letras que José escribía.

José y Gladys se nutrieron de múltiples lecturas relacionadas con la historia y la vida en Tierra del Fuego: Martín Gusinde, padre Juan Belza, Anne Chapman, y Natalie Goodal, entro otros. Chaile afirma que estas lecturas los ayudaron a arraigarse a la isla.

La musicalización original que realizó con Gladys no quedó registrada. La ushuaiense Luisina Kippes, subió las letras a los pentagramas y le puso su voz.

Las canciones de ¨Álbum sur¨, por intermedio de Susana Soto Gallegos, fueron presentadas en el Centro de Antiguos Pobladores de Río Grande.

A continuación compartimos con los lectores de EL ROMPEHIELOS, las siguientes canciones de José Chaile:

Luces de leños:

Fueguina huella ancestral:

CAMPANILLA DE LA COSTA

En soledades australes
Fue curtiendo hijos al viento
La cadencia de los mares
Le fue marcando los tiempos.

Esperando a la rompiente
Que mar a adentro bajara
Para juntar los mariscos
Cuartear ballenas varadas.

Coloreada arcilla en la piel
De ceremonias y rituales
Cargando la vida a cuesta
Atravesó los umbrales.

Aquella joven mujer
La mujer de la arcillosa
Nacida al amanecer
Campanilla de la costa.

La dentadura gastada
De tanto mascar tendones
Para hilvanar esperanzas
Trotando sobre coirones.

Sobando a mano los cueros
Untado grasa a los cuerpos
Para abrigar las tardanzas
Del cazador y su raza.

Coloreada arcilla en la piel
De ceremonias y rituales
Cargando la vida a cuesta
Atravesó los umbrales.

Aquella joven mujer
La mujer de la arcillosa
Nacida al amanecer
Campanilla de la costa.

ISLEÑOS DEL SUR

Pie sureño fracturado
Del suelo continental
Encuentro de dos océanos
En un estrecho y un canal.

Geográfica convergencia
En el argentino mar
Fría cordillera andina
Sola Patagonia austral.

Karukinká de otroras etnias
De costumbres ancestrales
Desafiando convivencia
En entornos naturales,

Custodios de los paisajes
Instintos de preservar
Venidos sin documentos
Sin tiempo y origen aún real
Venidos sin documentos
Diezmada sangre ancestral.

Tierra de isleños del sur
Talla de antiguos glaciares
En su lento derrotero
Hacia el crisol de los mares
En su lento derrotero
Hacia el crisol de los mares.

Pioneros, temple y coraje
Construyendo andamiajes
Doblegando soledades
Soportando tempestades.

Participes de los paisajes
Mezcla de sangre migrante
Nueva simbiosis social
De argentina continental.

Bandera flameando a vientos
En recto mástil dorsal
Desgarrada en jirones
Dispersos en mar austral.

Custodiados por soldados
Que fueron y no volvieron
Mojonando con sus huesos
Confín de argentinidad
Mojonado con sus huesos
Codicia anglo irracional.

Tierra de isleños del sur
Talla de antiguos glaciares
En su lento derrotero
Hacia el crisol de los mares
En su lento derrotero
Hacia el crisol de los mares.

A RIO GRANDE

Me gusta en el invierno
A media mañana ser,
El que sube por Belgrano
O por Piedrabuena tal vez,
Con el sol en la espalda
Darle luz al amanecer.

Me gusta volver al pueblo
Aromas de los recuerdos
Leña, pan, cebolla y ajo
Empanadas de maucho
En el chulengo el asado
Postre dulce de ruibarbo.

Me gusta andar por el pueblo
Cercos rajones de lengas
Que acompañan al hombre
Patinando las veredas
En anochecidas juergas.
Que equilibran su equilibrio
Mientras el instinto lo lleva
A dormir solo su quimera.

Me gusta en el invierno
A la media tarde ser,
El que sube por San Martin
Perito Moreno tal ves,
Con el sol dentro el pecho
Darle luz al anochecer.

Me gusta la vega poblada
En trineo caras rojas
Volver por la ruta tres
Bordeando alambradas
Siete mil metros de pozos
Hasta la blanca morada.

Me gusta andar por la vega
Cercos rajones de lengas
Que acompañan al hombre
Patinando las veredas
En anochecidas juerga.
Que equilibran su equilibrio
Mientras el instinto lo lleva
A dormir solo su quimera.

“MUJER ANCESTRAL”
RECITADO

Espero cinco mil años
Que el hombre la despertara
Entrego todos los huesos
Piedras, caracolas y valvas.

Testimonios de presencia
Que el tiempo los fue guardando
Y el viento los fue mostrando
En la cárcava del barranco.

La encontraron buscando huellas
Solo el alma le faltaba
Madre ancestral de mi tierra

Luz de luna es tu estampa.

Aquella joven mujer
La mujer de la arcillosa
Nacida al amanecer
Campanilla de la costa.

En soledades australes
Fue curtiendo hijos al viento
La cadencia de los mares
Le fue marcando los tiempos.

La dentadura gastada
De tanto mascar tendones
Para hilvanar esperanzas
Trotando sobre coirones.

Coloreada arcilla en la piel
De ceremonias y rituales
Cargando la vida a cuesta
Atravesó los umbrales.

La mujer de la arcillosa
Se durmió acurrucada
Una mano entre las piernas
Y la otra como almohada.
Esperando a la rompiente
Que mar a adentro bajara
Para juntar los mariscos
Cuartear ballenas varadas.

Temprano se fue durmiendo
Bajo de un manto de valvas
Entregó el alma a los vientos
Volada arcilla es su estampa.

Danzando sobre la estepa
Remolino de la tarde
Formado en lagunas secas
Por los gradientes del aire.

Coloreada arcilla en la piel
De ceremonias y rituales
Cargando la vida a cuesta
Atravesó los umbrales.

La mujer de la arcillosa
Se durmió acurrucada
Una mano entre las piernas
Y la otra como almohada.

Contacto: chaileje@yahoo.com.ar

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