Se despidieron a las autoridades y al personal militar y científico de las bases antárticas que finalizaron sus tareas en esta campaña, a la vez que embarcaron las familias que invernarán en la Base Antártica Conjunta Esperanza. También se descargaron combustible y materiales.
Durante los primeros días de abril, y tras atravesar un nutrido campo de hielo, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” fondeó en la bahía Pingüino, frente a la isla Seymour, sobre el Mar de Weddell, donde a unos 200 metros sobre el nivel del mar se encuentra emplazada la Base Antártica Conjunta Marambio.
Una vez allí, se iniciaron las operaciones aéreas con helicópteros Sea King de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, para descargar tambores de 205 litros de combustible JP1, mientras se esperaba el arribo del avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, que replegaría a las autoridades que habían embarcado en Ushuaia, previo al inicio de esta última etapa.
Aterrizada la aeronave en Marambio, se trasladaron hacia ésta con los Sea King a las autoridades y al personal que habían sido replegados previamente a bordo desde las bases Esperanza y Petrel, a fin de regresar al continente. Simultáneamente, cada vuelo de regreso de los helicópteros al rompehielos traía consigo a las familias que invernarán en la Base Antártica Conjunta Esperanza. Culminados los traslados de personal, se concluyeron las operaciones de vuelo de abastecimiento de combustibles, dando por finalizadas las actividades en Marambio en lo que respecta a esta Campaña Antártica de Verano 2022/23.
Inmediatamente después, el “Irízar” puso proa hacia la Isla Dundee, en el archipiélago de Joinville, donde al pie del glaciar Rosamaría se ubica la Base Antártica Conjunta Petrel. Allí arribó con buenas condiciones hidrometeorológicas, por lo que pudo operar con ambas lanchas de desembarco de personal y material (EDPV “San Martín” y “Corbeta Uruguay”) y con botes neumáticos MK-5.
Durante las tareas de reabastecimiento, que demandaron más de 14 horas ininterrumpidas, se desembarcaron 10.000 litros de gasoil antártico; unos 2.500 litros de combustible JP1 para el reabastecimiento circunstancial de los helicópteros Bell que operan desde la Base Marambio; crucetas de aleación -de 1500 kg cada una- que servirán para construir las bases de la nueva casa principal de Petrel; y bultos de carga especial con pinturas, materiales de construcción y herramientas.
Con las últimas luces del 2 de abril, y tras conmemorar el Día de los Veteranos de la Guerra de Malvinas, el rompehielos de la Armada puso proa nuevamente hacia la Base Antártica Conjunta Esperanza.
Fuente: Gaceta Marinera