El 27 de agosto de 1815, hace 204 años, murió “el príncipe de los gauchos”.
El 27 de agosto de 1815, a los 72 años, muere Francisco Antonio Candioti en la ciudad de Santa Fe.
Fue uno de los principales y más notables personajes santafesinos de su época. Desempeñó altos cargos públicos: alcalde en el Cabildo de esa ciudad; diputado del Comercio al Tribunal del Consulado; y fue el primer gobernador independiente de Santa Fé. Desde pequeño demostró inclinación hacia las tareas rurales. Por la energía de su carácter, por su amor a las pampas de la patria y por su cortesía principesca, fue apodado por el viajero inglés John Parish Robertson como “El príncipe de los gauchos”. Este criollo, señor de estancias y haciendas logradas con su trabajo personal, fue ante todo un comerciante exitoso, reconocido por su honradez, tanto en el virreinato del Río de la Plata como en los del Perú y el Brasil. Dueño de una sólida fortuna y dotado de hermoso y apuesto físico, vestía con singular elegancia y riqueza. Despertaba admiración, no sólo por su apostura, sino por las relevantes condiciones personales y morales que lo adornaban, por ser extremadamente generoso y cordial con sus hombres y modesto a pesar de su inmensa riqueza. Se casó con Petrona Zalazar, y muerta ésta, muchos años después contrajo nuevo matrimonio con Juana Ramona de Larramendi, con la que tuvo dos hijas. No se ha podido precisar el número de sus hijos naturales, que reconoció públicamente como legítimos, les daba su apellido y atendía sus intereses. Candioti nació en Santa Fe, el 23 de julio de 1743. Una gran amistad lo unió con Manuel Belgrano.
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