Se encuentran en todos los mares del mundo y por la circulación marina se le adhieren otras sustancias como pesticidas que llegan desde tierra. El biólogo Emiliano Hines habló con Télam sobre los alcances de esta “bioacumulación” de estos productos tóxicos.

Los microplásticos, compuestos por químicos contaminantes, se encuentran en todos los mares del mundo y por la circulación marina se le adhieren otras sustancias como pesticidas que llegan desde tierra, lo que produce una “bioacumulación” de estos productos tóxicos en la cadena trófica, que va “desde el plancton”, alimento de algunos peces, “al plato de los comensales”, explicó el biólogo Emiliano Hines mientras recogía muestras de agua desde uno de los laboratorios del buque Almirante Irízar camino hacia la Antártida Argentina.

El biólogo de la Universidad Nacional de Mar del Plata, becario del Conicet e integrante del equipo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), trabaja junto a otro científico en el marco del proyecto Nutec Plastics que se realiza durante la Campaña Antártica de Verano (CAV) para detectar la presencia de microplásticos por primera vez desde el Río de La Plata hasta la Antártida a bordo del Irízar.

La iniciativa surgió de un convenio entre el Instituto Antártico Argentino (IAA) y la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), cuyo director general Rafael Grossi llega este sábado a la Antártida junto al presidente Javier Milei, como parte de una comitiva integrada por el ministro de Interior, Guillermo Francos; la canciller Diana Mondino; el ministro de Defensa, Luis Petri; y autoridades de la Dirección Nacional del Antártico, el Instituto Antártico Argentino (IAA) y de la Armada.

A partir del convenio, buscan abordar el problema mundial que supone la contaminación por plásticos en los océanos, donde termina el grueso de estos desechos mientras que el monitoreo de todos los mares del mundo permite saber cuánto y qué tipo de plásticos hay bajo parámetros comparables.

En el buque, el científico trabaja en equipo con el licenciado en Ciencias Ambientales Nahuel Ravina (34), investigador de la Dirección Nacional de Áreas Marinas protegidas de la Administración de Parques Nacionales.

Ravina concentra su trabajo en las dos áreas marinas protegidas offshore que tiene Argentina: una es “Namuncurá-Banco Burdwood” (protegida desde 2014), una extensión de la Cordillera de los Andes que forma una meseta submarina de 50 metros de profundidad rodeada de un talud de 4.000 metros de profundidad casi en la misma latitud que la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y al sur de las Islas Malvinas.

La otra es Yaganes, área protegida desde 2017 que se encuentra al sur de Tierra del Fuego en el Pasaje de Drake, en la zona de influencia de la corriente circumpolar antártica, que presenta un paisaje de cañones submarinos donde también hay especies que únicamente se encuentran en ese lugar como corales de agua fría.

Namuncurá – Banco Burdwood cuenta con 16 campañas de investigación, en cambio Yaganes comenzó a ser investigada el año pasado por Parques Nacionales.

Fuente: Télam

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