En nuestra provincia habita una especie muy particular de rapaz conocida como carancho austral. Se trata de un ave poco común que se encuentra en peligro de extinción. EL ROMPEHIELOS dialogó con el biólogo Ulises Balza quien trabaja en el estudio de la especie en Tierra del Fuego.

Crédito: Dante Francomano

La provincia de Tierra del Fuego, tanto la Isla Grande como todas las islas menores que la integran y su mar circundante, presenta condiciones ambientales muy particulares que le permiten albergar especies animales que se encuentran en un estado crítico de conservación. Una de ellas es el carancho austral, un ave rapaz poco común que habita las Islas Malvinas, Isla de los Estados y el extremo oriental de la Isla Grande de Tierra del Fuego, región conocida como Península Mitre. Ulises Balza es un biólogo de Río Grande que trabajó con aves rapaces desde 2008 y actualmente se encuentra desarrollando su doctorado estudiando el estado de conservación de las poblaciones de carancho austral en Isla de los Estados. EL ROMPEHIELOS dialogó con él para conocer las particularidades de la especie, su estado de conservación y la necesidad de proteger los hábitats que el carancho austral necesita para sobrevivir.

¿Cuáles son las particularidades de esta especie?

El carancho austral pertenece a un grupo de especies que tiene un par de representantes bien conocidos, el carancho común (Caracara plancus) y el chimango (Phalcoboenus chimango). El carancho austral es una rapaz poco común. La principal característica que lo distingue de los caranchos comunes y el chimango es la alta dependencia que tiene por uno o pocos tipos de alimento. Esto es porque están asociados sin excepción a las colonias de aves marinas durante la época reproductiva. Alimentan a sus pichones exclusivamente con pichones de aves marinas, en el caso de la población que estudiamos nosotros en Isla de los Estados, principalmente pingüino penacho amarillo.

A diferencia de la mayoría de las rapaces, pueden reproducirse en densidades muy altas, casi colonialmente, aunque defienden los alrededores de sus nidos. Esto es justamente porque el alimento es tan abundante en las colonias que permite que los nidos de carancho estén en algunos casos a 50 metros uno de otro. La otra gran particularidad, aunque está estrechamente asociada con lo anterior, es que el carancho austral es una especie de islas. Sólo vive en islas del sur de Argentina y Chile, con sus principales poblaciones en Malvinas, Isla de los Estados y Cabo de Hornos.

Crédito: Amira Salom

¿Cuál es su estado de conservación actual? ¿Cuáles son los factores que amenazan a la especie?

Tanto para Argentina como para Chile, el carancho está categorizado como especie en peligro, y se estima con bastante incertidumbre que habría unos 4000 individuos en total. El primer factor de vulnerabilidad está asociado a que la especie probablemente nunca fue muy abundante. En la región de Tierra del Fuego no tiene amenazas directas en el sentido de que la mayor parte de sus poblaciones no está en contacto con poblaciones humanas, pero sí hay factores indirectos asociados a actividades antrópicas (actuales y pasadas) que podrían contribuir a su vulnerabilidad. En el oeste de Isla de los Estados, hay cabras y ciervos introducidos, y todo parece indicar que los caranchos han perdido muchos de sus sitios de nidificación, que normalmente eran en el suelo, y ahora se reproducen en zonas más inaccesibles (como acantilados en la costa), seguramente más protegidas del pisoteo de los herbívoros pero también más alejadas de las colonias de pingüinos. Por otro lado, la alta dependencia de los caranchos sobre las colonias puede ser un problema porque la mayoría de las aves marinas está en peligro también, por problemas que las afectan en sus zonas reproductivas (cambio climático) o en sus áreas de invernada (interacción con pesquerías). El carancho austral probablemente no tenga la plasticidad de otras especies para buscar fuentes de alimentación y reproducción alternativas.

Dicho esto, las poblaciones del complejo Isla de los Estados, Islas de Año Nuevo y Península Mitre, son probablemente las más relevantes en número luego de las de Malvinas, y es probable también que sean una unidad de manejo diferente; es decir, que no haya intercambio de individuos entre Malvinas y el archipiélago fueguino, por lo que de perderse una población es poco probable que se vuelva a colonizar la zona por parte de la otra.

Crédito: Ulises Balza

Con respecto al estudio de la especie, ¿qué trabajos se realizan desde el CADIC y cuál es tu participación en los mismos?

Nosotros comenzamos el trabajo en 2014 con la especie en Bahía Franklin (Isla de los Estados), donde hay unos 20 nidos que monitoreamos cada año. El Laboratorio de Ecología y Conservación de Vida Silvestre venía trabajando desde hacía mucho más tiempo con la población de pingüinos, por lo que con Andrea Raya Rey (mi directora) pudimos comenzar el trabajo con mucha información de base. Lo que nos interesa sobre todo es la dinámica poblacional del carancho y si ésta se ha visto trastocada por las especies invasoras. También nos importa saber quiénes son los individuos reproductivos y cómo les va a ellos ya sus pichones en el tiempo. Todo parece indicar que hay unos pocos individuos reproductivos que acaparan todos los nidos año a año, y que hay muchos adultos que no se reproducen porque no tienen dónde. Esto podría redundar eventualmente en un detrimento genético de la población, porque habría menos recambio de adultos reproductivos que en una situación sin ciervos y cabras y con muchos más sitios donde reproducirse.

Y con individuos anillados (tenemos unos 80) queremos saber cuántos sobreviven, cuántos llegan a la edad adulta (5 años) y a partir de qué edad se empiezan a reproducir, porque como los sitios de nidificación están todos ocupados, lo más probable es que les lleve mucho más que 5 años conseguir un territorio. También nos interesa saber qué zonas usan en la época no reproductiva, para lo cual equipamos individuos con transmisores satelitales. En el camino también obtenemos información que es desconocida para la especie, como el tiempo de incubación y cómo se reparten las tareas los padres en el nido. Por ejemplo, hemos visto que las hembras son las que realizan la mayor parte de la incubación y los machos son los que aportan casi todas las presas con las que son alimentados los pichones.

Crédito: Ulises Balza

Teniendo en cuenta su presencia en Península Mitre ¿Qué importancia tiene la creación del Área Protegida para la especie?

Lo que sabemos sobre Península Mitre desde el punto de vista del carancho austral es que es una de las pocas zonas reproductivas de la especie; se conocen nidos desde los años 80′ y se sabe que ahí se alimenta principalmente en las colonias de cormorán imperial. Además, se ven caranchos australes en las muchas colonias de lobos que hay en la península. Es al menos una especie regular que nidifica, y eso de por sí ya es relevante para su conservación. Es probable que la parte no reproductiva de la población encuentre zonas de alimentación, sobre todo durante el otoño/invierno, que sean favorables para pasar la peor época del año. Sabemos que en esa época los adultos reproductivos de Isla de los Estados no están en sus territorios, y podría ser que se muevan para Península Mitre, que desde el punto de vista de esta especie está muy cerca. La conservación de áreas que son de uso regular para las poblaciones es muy relevante. Aunque aún nos falta mucho trabajo, es probable que Península Mitre e Isla de los Estados formen un todo para las poblaciones de caranchos, en donde los distintos individuos hagan uso de los recursos en distintas épocas del año.

 

Abel Sberna

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