Se trata de una de las especies más emblemáticas y más amenazadas de nuestro país. El yaguareté se encuentra al borde la extinción a causa de la actividad humana. Muchas personas realizan grandes esfuerzos para evitar que este felino desaparezca. El domingo pasado un trágico episodio empujó al yaguareté un poco más hacia su extinción.
El yaguareté es el felino más grande de América y se encuentra dentro de los de mayor porte de todo el planeta, junto con los leones y los tigres. Actualmente, la población de este hermoso animal ha sido reducida hasta extremos críticos debido a las actividades del ser humano. El deterioro o desaparición de sus hábitats debidos a la industria forestal, la agricultura y el crecimiento de las ciudades ha sido uno de los motivos principales, pero también la cacería indiscriminada. El yaguareté está catalogado como una especie en peligro crítico de extinción y se estima que no quedan más de 250 ejemplares en todo el país. Este reducido número de animales está distribuido entre la región de las yungas con unos 120 a 150 ejemplares, la provincia de Misiones, con cerca de 90 y la zona chaqueña con alrededor de 20. Debido al avance de la frontera agropecuaria, su hábitat natural se ha reducido a un 3% y se estima que en 50 años la especie podría desaparecer.
El domingo pasado, un trágico episodio conmocionó a la comunidad de conservacionistas de nuestro país. En el Parque Provincial Urugua-í, en la provincia de Misiones, una hembra de yaguareté murió al ser atropellada por un vehículo que se desplazaba por la ruta provincial 19, camino que atraviesa el Parque. El animal fue hallado sin vida horas más tarde, tendido sobre la ruta, a unos 500 metros de donde había quedado detenida la Eco Sport que le diera muerte. La conmoción fue aún mayor cuando, luego de realizada al autopsia, el reporte del Ministerio de Ecología de la provincia confirmó que el animal se encontraba en estado de preñez de dos cachorros (un macho y una hembra) que estaban completamente desarrollados y próximos a nacer. Rápidamente, el caso tomó trascendencia mediática y todo el país se enteraba de la muerte del animal a causa de la negligencia de un conductor. Luego de las pericias, el hombre de 48 años residente de la ciudad de Posadas, fue sancionado con una multa de $500.000, ya que se constató que el accidente ocurrió mientras se desplazaba con su vehículo a una velocidad de 100 km/h, superando la máxima de 60 km/h establecida para la reserva natural.
Desde su fanpage de Facebook, Proyecto Yaguareté, una iniciativa que busca asegurar la conservación de una población viable a largo plazo de Yaguareté y de las especies con las que él convive en la Selva Paranaense, expresaron: “Nuestra tristeza es enorme. La población de yaguaretés misioneros que venía en aumento, hoy se ve reducida no sólo en un ejemplar, sino en tres. Para una situación tan delicada como la que vive esta especie, esto es una perdida sumamente grave. Una vez más la selva está de luto, y sin dudas, depende de todos nosotros como sociedad el poder revertir esta situación”.
Por su parte, Red Yaguareté, una ONG que trabaja por la conservación de este animal en nuestro país, publicó en su Facebook un descargo donde expresaron que “Red Yaguareté ya le había advertido al Presidente de Parques Nacionales que esto sucedería en cualquier momento, al mismo tiempo que se le solicitaba por enésima vez la instalación de medidas para bajar las velocidades. Si bien este caso ocurrió en una ruta provincial, en cualquier momento vuelve a pasar en la misma o en otra. Ya hay decenas de propuestas para bajar las velocidades, hay decenas de notas e informes presentados, lo que falta es voluntad para ponerlas en práctica”.
La pérdida de estos ejemplares resulta inadmisible y se trata de un caso que podría haberse evitado si la sociedad tomara conciencia de la importancia de cada especie que habita nuestros ecosistemas. La supervivencia de estos animales debe enfrentarse no solo a la caza y a la destrucción de su hábitat natural, sino también a la negligencia y el desinterés de una gran parte de la sociedad y a la falta de efectividad de los controles y la aplicación de las legislaciones vigentes que los protegen. En los últimos seis años, son cuatro los casos de yaguaretés que murieron atropellados y dos que fueron víctimas de la caza furtiva. Este reciente hecho debe marcar un momento coyuntural en el que nos replanteemos nuestro rol dentro del ambiente que nos sostiene y de que los Gobiernos e instituciones responsables evalúen las medidas necesarias para garantizar la supervivencia de los yaguaretés y de tantas otras especies nativas de nuestro país que hoy se encuentran amenazadas.
Proyecto Yaguareté cuenta con un programa denominado Club de Amigos del Yaguareté, el cual busca recaudar fondos para poder continuar desarrollando estudios y acciones de conservación con el fin de conseguir una población viable de yaguaretés a largo plazo.
Por su parte, Red Yaguareté recibe donaciones en su sitio web y actualmente están difundiendo un petitorio para solicitar al instalación de radares con fotomultas y reductores de velocidad en las rutas del norte de Misiones.
Abel Sberna