Fiel a su rigurosa disciplina, Luis F. Leloir utilizaba sus cuadernos de laboratorio para realizar un seguimiento pormenorizado de sus investigaciones. En ellos volcaba diariamente información detallada sobre los procedimientos, tareas, datos y secuencias que realizaba en su laboratorio, los cuales, hoy, son el testimonio de los experimentos que dieron lugar a lo que se conoce en el mundo de la ciencia y bioquímica como El Camino de Leloir”.

También, este registro refiere a la subjetividad de Leloir y su agudo sentido del humor. Los dibujos y caricaturas plasmadas en estos cuadernos permiten advertir los estados de ánimo en que se sumergía en el día a día como resultado de sus investigaciones.

En definitiva, se trata de una reproducción fiel de los cuadernos de laboratorio originales que guardan un valor histórico y científico incalculable. Están organizados en 15 volúmenes elaborados durante el período 1948 a 1979, con un total de 2.495 páginas.

Se da el nombre de “Cuadernos de Laboratorio” a una serie de documentos presentados generalmente en forma de blocks de notas en el que los científicos documentan en forma detallada los procedimientos y resultados de los experimentos llevados a cabo en el laboratorio. Son fuentes primarias de investigación para el registro de hipótesis, experimentos, datos, cálculos, análisis e interpretación”.

Fuente: CONICET

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