Cristian, Carolina y Karina, los hijos del suboficial principal Félix Artuso, pudieron cumplir con la premisa de visitar la tumba de su padre en el cementerio de Grytviken en la isla Georgias del Sur, donde fue enterrado luego de ser ultimado por soldados ingleses durante la Guerra de Malvinas.
El suboficial de la Armada Argentina, Felix Artuso, falleció en al menos extrañas circunstancias durante el conflicto del Atlántico Sur, específicamente el día 26 de abril de 1982, en el puerto de Grytviken en las Islas Georgias del Sur.
El deseo de su familia, compuesta hoy por sus tres hijos, era poder visitar la tumba de su padre en la isla San Pedro, donde yace próximo a la tumba del explorador británico del siglo XX Ernest Shackleton.
El suboficial Felix Artuso falleció en extrañas circunstancias, en las cuales realizaba maniobras, por orden del comandante del Submarino ARA Santa Fe, para poder movilizar y retirar el mismo, liberando el puerto de Grytviken, en la Isla San Pedro para el ingreso de navíos militares británicos.
En la realización de dichas maniobras, Artuso cae mortalmente herido, por los disparos realizados por un Royal Marine británico, quién sospechando que el marino argentino estaba saboteando el submarino, le efectúa cuatro disparos certeros.
Artuso fue sepultado con honores militares, siendo el único militar argentino enterrado en la isla San Pedro. El mismo ha sido condecorado con la medalla “La Nación argentina al muerto en combate” y declarado héroe nacional por la ley 24.950, promulgada el 3 de abril de 1998.
La misma Convención de Ginebra, prohíbe en múltiples puntos que la componen, que tropas que hayan sido tomada prisioneras sean obligadas a manipular explosivos o realizar tareas de limpieza de armamentos en campos de batalla. La maniobra de retirar el navío, ya se hallaba prohibida por dicha Convención.