Oscar “Mingo” Gutiérrez (Río Gallegos, 28 de marzo de 1953) es un periodista y escritor argentino conocido por sus valiosos aportes sobre la historia social fueguina.
Última parte: Los trabajos silenciosos
-Creo que en algunos aspectos ha disminuido mucho el interés de la gente sobre las temáticas locales.
Sin embargo, lo tenés a Ale Pinto haciendo crónicas…
-Lo de Ale Pinto es muy interesante. No es un nostalgioso. Es un tipo que está escribiendo el presente. Tal vez los que escribimos la Tierra del Fuego como algo del ayer tenemos que dejarle paso a los que están escribiendo sobre este nuevo tiempo.
¿Y tu trabajo como poeta?
-Es un trabajo silencioso. Con Patricia (Cajal) y con Fredy (Gallardo) hicimos la Fundación poética de Río Grande. Después Patricia dedicó mucho tiempo a la práctica del tai chi chuan y nos hicimos lectores de todo lo que está ligado a la cultura china. Y eso nos hizo pensar mucho. La poesía nos hizo pensar y nos detuvo en muchas cosas. Patricia dejó varias cosas por publicar. Cuando hablábamos de eso decía: “Ya va a haber tiempo”. Pensábamos que iba a ser cuando yo me jubile, que iba a tener el tiempo que me saca la radio. Y ese tiempo, finalmente, al menos para ella, no llegó. Yo pensé, cuando ella recién murió, que iba a tener que dedicar un tiempo para ella, un tiempo para mí… Las cosas no hechas por ella, las cosas no hechas por mí… Y ahora no sé si me va a dar el tiempo… Para eso necesitaría vivir ciento cincuenta años… Tampoco sé si quiero vivir ciento cincuenta años. He vuelto a leer, con mucho dolor, cosas escritas por ella, antes que las cosas escritas por mí. Ella comenzó a escribir a los 13 años y tengo todo, salvo un libro de memorias que quemó. No es fácil el tiempo que estoy viviendo. En los últimos años se había dedicado a escribir en chino, y en ese espacio no puedo entrar. Así que es todo un misterio. Son cosas que tengo guardadas, para que en algún momento nuestro hijo, quizás, se encargue de eso.
Algunas poesías mías que se transformaron en canciones, andan dando vueltas por ahí y la gente las reconoce. Pero otras, como tantas cosas relacionadas con lo poético, pasaron al olvido.
Cuando Patricia llegó en el año 89, tenía un proyecto que se llamaba ‘Ardor del viento’, y entrevistó a todos los escritores de Río Grande que tenían obra editada. Y a su vez ella se hizo entrevistar por Niní Bernardello. Ese proyecto iba a ser un programa de radio que nunca salió. Algunas partes se publicaron en un suplemento que se llamó ‘El sueñero’, del diario El Sureño. Y tal vez alguna de esas cosas se puedan editar.
Hay un libro de Patricia que se llama Torbellino. Domingo Montes decía que con Patricia se hablaba de perros, de plantas y de poesía (Risas). Yo de plantas poco y nada. Ahora vino un amigo para sacar una planta del jardín y llevarla el domingo al cementerio. Los perros ya me están adoptando a mí, porque eran de ella y no teníamos ninguna relación. Y poesía… Todavía no he escrito ninguna poesía este año. Capaz que después de esto me sienta forzado.
La gente te conoce por la radio.
Los médicos me pidieron que por razones de salud yo piense en el día a día. Día a día me estoy cuidando, día a día me estoy curando, día a día estoy saliendo de estos problemas de salud que se han venido repitiendo de una manera inesperada. Los proyectos que tenía para el año que viene cayeron en un 80%. Tal vez pienso que no voy a volver más a la radio. Entre el tiempo que me queda para recuperarme y los 65 años que me exigen jubilarme… Creo que ya a Radio Nacional no vuelvo más. Al menos regularmente.
¿Cuántos años estuviste en Radio Nacional?
-Comencé en el ’77. Ya cumplí cuarenta años. Siempre nos dedicamos a las temáticas locales. El primer programa se llamó Ser del sur. Hay miles de horas grabadas, guardadas en mi casa. Cuando guardé en la radio no faltó el que borró programas para grabar chamamé encima, cosa que me lleva a tener cierta aversión al chamamé (Risas). Es un capital que, por ahora, no le ha interesado a nadie desde los poderes públicos como para preservarlo. Tampoco he encontrado a nadie en los organismos públicos que merezca que le entregue el material. Y como estoy atado a estos problemas de salud… Tal vez mi relación con la radio pueda ser de otra manera. Por ejemplo, en estos tiempos están saliendo de 8:30 a 9:00hs., entrevistas que hice en otro momento. Y son de las que están digitalizadas. Queda un largo camino para recuperar las que están en cassette y cinta todavía. Quizás algún día se podría conformar un equipo de gente que quiera trabajar sobre ese aspecto de lo testimonial de la Tierra del Fuego, tal vez el resultado va a ser mejor. Pero como nunca apareció hasta ahora, no puedo garantizar que pueda pasar en el futuro.
¿No se te acerca gente con propuestas?
La gente que se acerca tiene proyectos muy cortitos. Me piden cierta documentación que necesitan, se las cedo, y terminan el proyecto. En los últimos años adopté la frase: ‘Ojalá me alcance la vida para devolver lo mucho que la vida me ha dado’. Suelo ser obsequioso con algunos aspecto… Pero uno después descubre que la gente te necesitaba para eso, pero para nada más.
¿Y del lado de gobierno o la municipalidad?
Nuestros gobernantes, afortunadamente, no le dedican mucho tiempo a la cultura, por eso le dedican mucho tiempo al bienestar de la gente. (Risas)
Te agradezco esta charla.
Disculpá si caí en algún momento en una situación depresiva. Son los tiempos en que estamos ahora.
No es tan distinto a cuando nos juntamos a charlar un día cualquiera.
La verdad que no. ¿Qué estás leyendo ahora?
‘Sólo ángeles’ de Enrique Medina, un autor de los 70´s… Pero no sé si estoy muy enganchado.
– Si, si. Bastante porno eso. (Risas). A mí me costó mucho volver a leer. Ahora estoy leyendo de Umberto Eco, Capítulo cero. Un ensayo sobre un diario que editan en Italia con determinadas características, en torno a la muerte de Mussollini, y su posible traslado a la Argentina.
¿Como Hitler?
Claro. Mussollini también. (Risas)
¿Te interesa la cuestión judía? Tengo un libro…
Vamos a apagar esto.
Fede Rodríguez

También te puede interesar: “Conversaciones con Mingo Gutiérrez – 3era. Parte”