Desde la optimización del aprovechamiento de los recursos, pasando por la disminución de la contaminación, y hasta el mejoramiento de los espacios públicos para mejorar la calidad de vida de los habitantes, el desarrollo de ciudades sustentables es la evolución necesaria en orden de revertir el impacto negativo de las urbes sobre el ambiente.

Atravesamos una situación extrema donde el cambio climático y la contaminación por residuos no biodegradables como el plástico están amenazando seriamente la continuidad de la vida como la conocemos en el planeta. Estos afectan no solo a la naturaleza sino también (pues habitamos en un sistema cerrado del cual dependemos exclusivamente) a la vida humana y todas las actividades que llevamos adelante y de las cuales dependemos para desarrollarnos.

Nuestras ciudades, en torno a las cuales se ha desarrollado la actividad industrial y comercial y en las cuales se desenvuelve con mayor énfasis nuestra desenfrenada cultura del consumo, son focos de contaminación que contribuyen con la modificación de la atmósfera y la acumulación de basura que termina en ríos, lagos y mares, con todo lo que esto conlleva. Por otro lado, las ciudades en su crecimiento constante muchas veces dejan de lado en su diseño nociones de calidad de vida y accesibilidad, fomentando la desigualdad y las condiciones de vida adversas.

En el contexto actual resulta fundamental un cambio radical en la forma en que nuestras ciudades se organizan, aprovechas los recursos y administran sus desechos. Frente a esta necesidad surge el concepto de ciudad sustentable, es decir urbes que optimizan la movilidad interna, el uso de energía y recursos hídricos, disminuyen la contaminación, procesan sus residuos y diseñan un “hábitat” urbano agradable y armónico en pos de mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Actualmente son muchas la ciudades del mundo que cuentan con programas de sustentabilidad con el objetivo de cumplir con metas tendientes a convertirse en sitios “amigables” con el ambiente. Los ejes principales son el tratamiento de los residuos sólidos urbanos, el control de emisiones y la optimización del transporte público para disminuir el uso de vehículos particulares, descongestionando las calles y reduciendo el consumo de combustible fósil.

Esto último es fundamental teniendo en cuenta que una de las principales causas de la crisis climática es el incremento del dióxido de carbono en la atmósfera debido a las emisiones industriales y de medios de transporte impulsados con combustibles fósiles.  La movilidad sustentable requiere de acciones como la creación de ciclovías, el cobro de peaje para automóviles en ciertas zonas, la peatonalización total de calles, sobre todo en los centros de las ciudades  y el transporte eléctrico, como los tranvías y la ampliación de la red de tren subterráneo.

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Reducir el consumo de combustibles fósiles resulta prioritario. En este sentido también se busca el cambio de la matriz energética impulsando la generación a partir de fuentes renovables y limpias como el sol o el viento. Los techos verdes, muy de moda en la actualidad, permiten el desarrollo de huertas en las ciudades. Con esto se impulsa el autoabastecimiento de alimentos lo que significa un disminución de verduras y frutas que deben trasladarse desde los campos a la ciudad, reduciendo así la necesidad de transporte y consumo de combustibles. Por otro lado los techos verdes, o techos vivos, regulan la temperatura de las ciudades, ya que la vegetación absorbe la energía del Sol reduciendo su impacto sobre las terrazas y el consiguiente recalentamiento de los edificios.

Algunos ejemplos de ciudades con planes de sustentabilidad exitosos son: Estocolmo, con el modelo de ecobarrio en Hammarby; Londres, con las viviendas en BedZED y con la construcción del estadio olímpico con materiales reciclados; Nantes, ciudad francesa con amplia red de tranvías y autobuses que funcionan con gas natural; Oslo, con su manejo de áreas verdes, aprovechamiento del metano en los residuos para la electricidad y el sistema de vehículos eléctricos; Vancouver, con el transporte compartido y la construcción neutra en carbono. En América Latina tambien existen ejemplos exitosos de desarrollo sustentable de las ciudades, entre las cuales se destacan Medellín y su impulso a las ciclovías o San Pablo, cuyo cinturón verde a pocos kilómetros de la ciudad fue declarado Reserva de la biósfera por los servicios ambientales que provee.

Arcadis, empresa internacional de ingeniería y consultoría en medio ambiente e infraestructura, lleva adelante un ranking de ciudades sustentables a nivel global, el cual esta liderado por la ciudad de Zurich. La ciudad de Buenos Aires, se úbica en el puesto numero 80, por debajo de Santiago de Chile y San Pablo, las cuales lideran el podio latinoamericano.

Abel Sberna

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