La radio cumple 101 años.

Fueron cinco y no cuatro “Los Locos de la Azotea” que hace 100 años realizaron una proeza que sacudió al Mundo. Las transmisiones de radio dejaban de tener como único objetivo la guerra. Información, cultura y entretenimiento al alcance de todos. Nada menos.

Las cifras difieren. Algunos hablan de menos de cincuenta, otros de casi cien. Los oyentes que haya tenido aquella primera transmisión radiofónica no habrán podido salir del asombro. Seguro. En sus rudimentarios receptores escuchaban la ópera “Parsifal” de Ricardo Wagner. Un locutor engolado, desde un improvisado estudio en los techos del Teatro Coliseo había anunciado: “La Sociedad Radio Argentina les presenta hoy…”. Era Enrique Telémaco Susini.

Extracto de la primera transmisión de radio.

La noticia corrió como un reguero. Pronto el humor popular los bautizaría “Los Locos de la Azotea”. Además de don Telémaco estaban César Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica. La historia casi siempre omite al que sería “el quinto beatle”: don Ignacio M. Gómez, nada menos que el constructor de aquel ahora el mítico transmisor. Justo ese 20 de agosto lo encontraba de viaje por Europa.

Ya en 1919, estos cuatro estudiantes de Medicina se habían interesado en estudiar las altas frecuencias eléctricas y los Rayos X aplicados a la salud. Esa curiosidad termina en el diseño de un transmisor radiotelefónico.
Susini debe viajar a España y les promete estudiar las últimas tecnologías y traer aparatos para que Gómez “despunte el vicio”.

Crónicas de la época cuentan que fue Romero Carranza el que propuso la idea: ¿Y si transmitimos la ópera completa? No en vano los llamaron locos y aceptaron. El 25 de agosto comenzaron a subir e instalar los equipos. Y el 27 entre las 21 y las 24 horas, por primera vez en el mundo, una ópera completa surcaba el éter.

Nacía así Radio Argentina, la primera emisora sostenida en el tiempo, sin fines bélicos o de radioaficionados, sino pensada para el entretenimiento del público en general.

En el Primer Congreso Mundial de la Radio, que no por casualidad se celebró en Buenos Aires en 1934, se decidió que el 27 de agosto sería el Día Mundial de la Radio. La Unesco en 2011 definió que se conmemorará el 13 de febrero, por la primera transmisión de la emisora de Naciones Unidas en 1946.

Es “una de las primeras inteligencias argentinas” dijo Albert Einstein de Susini. Abocado al desarrollo de la tecnología aplicada a la medicina “el primer locutor argentino” fue discípulo de Louis Pasteur, descubrió el estalagmómetro (un instrumento para diagnosticar tumores) e introdujo la foniatría en nuestro país.

Susini fue director del Teatro Colón y la Scala de Milán, entre otros. Escribió cerca de 60 obras de teatro y fue director de cine (en 1933 estrenó “Los Tres Berretines”, la segunda película sonora argentina). Llegó a ganar el primer premio internacional de cine para la Argentina en el Festival de Venecia. Y hasta fue director de cámaras en la primera transmisión de televisión nacional, el 17 de octubre de 1951. Luego, fue directo de Canal 7. Murió en 1972 con 81 años.

Luis Romero Carranza fue un apasionado de la tecnología. En 1914, con 16 años, había sido obligado por las autoridades a desmontar una antena instalada en el techo de su casa. Fundó la primera fábrica de celuloide para cine y patentó, antes que la RCA Víctor, el sistema para agregarle sonido a las películas.

César Guerrico tenía 22 años ese 27 de agosto de 1920. Fue un médico muy reconocido, y con sus otros tres compañeros de andanzas radiofónicas fundaron en la década del 30 los estudios de cine “Lumiton”. Además, llegó a ser director de radio Splendid. Murió en 1985.

Miguel Mujica era sobrino de Susini y tenía 18 años cuando se convirtió en un “loco de la azotea”. También se recibió de médico y llegó a ser ministro de Comunicaciones durante el Gobierno de Arturo Frondizi.

En 1932, Ignacio M. Gómez logró transmitir imágenes utilizando el transmisor de Radio Splendid, anticipando lo que luego sería la televisión. “Allá, en el lejano Buenos Aires, existe un gran núcleo de radiómanos dedicados con todo entusiasmo a la televisión, deseosos por conseguir el mayor perfeccionamiento en la recepción de imágenes y con ello nuevas glorias para la Argentina”, relataba un cronista de la revista española “Ondas”, en su número del 24 de setiembre de 1932.

“Yo quiero reclamar, no por inmodestia, ni para aumentar el mérito nuestro, sino porque le corresponde a la ciudad y al país la absoluta seguridad que la primera transmisión nuestra fue la primera del mundo en radiodifusión”, expresó Enrique Susini tiempo después.

La radio comenzó por la iniciativa de estos jóvenes inquietos, con fines culturales, utilizando la tecnología de manera creativa. Todo era extraño y hasta quizás innecesario. Mucho de los más importantes descubrimientos de la humanidad se gestaron así.

Daniela Mancilla Provoste

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