A pesar del desparrame de listas que competirán por los cuerpos legislativos el próximo 16 de junio, hay sólo tres fórmulas que se disputarán el Poder Ejecutivo provincial y todo indicaría que el binomio masculino de “Ser Fueguino”, el espacio que representa al Gobierno Nacional en la Provincia, no será protagonista.

En ese marco, se calienta la campaña y el binomio Bertone-Arcando vs Melella-Urquiza se disputan voto a voto el Ejecutivo provincial y el escenario lleva a pensar que el final se va a resolver en un ballotage ajustado. En ese escenario, Río Grande cobra una relevancia importante, porque concentra la mayor cantidad de electores según datos que se desprenden del padrón definitivo elaborado por la Juzgado Electoral. Puntualmente la ciudad industrial cuenta con 11.749 electores más. Pero Río Grande también es una localidad más compleja, ya que es la más golpeada por la recesión económica que atraviesa el país.

La ventaja que tiene la única fórmula liderada por una mujer en el estamento de la gobernación es que es oficialismo. Y la desventaja… es que es oficialismo. Y esto es porque los oficialismos suelen renovar sus bancas, salvo en época de crisis.

Si miramos la historia reciente de Tierra del Fuego AIAS, podemos observar que desde 1992 hasta el 2000 gobernó en la Provincia el Movimiento Popular Fueguino, impulsado por un sentido de pertenencia muy fuerte producto de la sanción de la Constitución Provincial. José Estabillo renovó su lugar en la gobernación, a pesar de la muerte de Víctor Choque. El 10 de enero Carlos Manfredotti accedió al ejecutivo de la mano del Partido Justicialista. Luego, el corralito, el estallido social, la feroz crisis económica, la clase media quebrada, los muertos producto de la brutal represión, una seguidilla de presidentes y una gran inestabilidad institucional hicieron mella en los fueguinos y el oficialismo peronista perdió ante la fórmula Colazo-Coccaro. En 2007 llegó Fabiana Ríos con el ARI, mientras que a nivel nacional Néstor Kirchner le daba la banda presidencial a Cristina Fernández de Kirchner, con un país más ordenado y en vías de recuperación. En 2011 CFK renovó con más del 54% de los votos y una nación que había dejado atrás el trueque, las ollas populares y la crisis económica. Entonces en la Provincia, Fabiana Ríos, luego de superar los 9 puntos porcentuales que le había sacado la fórmula kirchnerista Bertone-Pérez en primera vuelta, se quedó nuevamente con el ejecutivo fueguino.

En junio de 2015, la fórmula Bertone-Arcando accedió al Poder Ejecutivo provincial, pero la cosa se puso difícil cuando unos meses después el color político más antikirchnerista se quedó con el Ejecutivo Nacional y la canilla de recursos para las provincias se cortó de cuajo. El Pro y la UCR, liderados por Mauricio Macri, cambiaron el modelo industrialista de la gestión anterior a un modelo importador, fuertemente anclado en exportaciones agropecuarias, lo que generó una nueva crisis nacional y un golpe al corazón productivo de Tierra del Fuego AIAS; la industria fueguina.

Con ese contexto adverso Bertone es oficialismo y tiene esa desventaja. Por su parte, Gustavo Melella, su principal adversario electoral propone la frase “vamos a vivir mejor”. Esperanza en medio de la crisis, de manual. Por eso la gobernadora le responde: “dale, a ver, decime cómo”. Y en declaraciones a FM Del Pueblo, desafía a debatir al actual intendente de Río Grande.

Pero Melella también tiene una desventaja y es que no tiene armado. Por lo que forja alianzas con diferentes sectores para poder alcanzar el sillón de Campos. Sectores que, de llegar al Ejecutivo le recordarán las promesas, con vehemencia sobre todo, si en la configuración de la Cámara Legislativa tiene preponderancia el Movimiento Popular Fueguino que conduce el histórico Damián “Loly” Löffler, parlamentario provincial desde 1999.

 

Luz Scarpati

 

 

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