El director provincial de Seguridad Vial, Jorge Oyarzún, relató que desde el organismo han mantenido diálogos con referentes de otros distritos, en el marco del Consejo Federal y que aún hay voces a favor y en contra respecto de la instauración de la “alcoholemia cero”. En tal sentido el funcionario admitió que “por mas que tengamos una norma que diga alcohol cero, la gente no va a dejar de consumir, es una cuestión cultural”.
En Radio Nacional Ushuaia Oyarzún contó que “en el caso de La Rioja se hizo una reforma profunda y más rígida, donde la persona alcoholizada es detenida y paga la infracción con días de cárcel. Esto les ha permitido bajar los índices”. “Si bien tenemos estadísticas de cuántos operativos se realizan, cuántos casos positivos, cuántos entre 0 y 0, 5 de alcohol en sangre, lo que no hay es cuántos siniestros hay producto de la presencia de alcohol”, admitió.
Consultado sobre la fiabilidad de los resultados, el funcionario sostuvo “ningún equipo electrónico es 100% fiable, hasta un análisis de ADN te dice que 99, 9% fiable. Hemos tenido casos en los que un abogado ha apelado la multa y el Ejecutivo se ha llenado de contradenuncias, puede generar un dolor de cabeza para los Juzgados de Faltas”. “Proponemos una contraprueba pasados los 15 minutos ya que puede haber residuos bucales que generan un falso positivo, pero pasados unos minutos debe dar 0 sí o sí. Por eso proponemos una contraprueba en los grados mas bajos”, sostuvo.
En el mismo sentido Oyarzún explicó “hay países que tienen una tolerancia de 0, 8 pero las sanciones son mucho más graves: hasta un año de prisión, cursos de reeducación que duran 6 meses”. “Podemos tener una norma que dice 0 alcohol pero el que consume alcohol y maneja lo va a seguir haciendo. Es un cambio que va demandar mucho tiempo, porque es un problema a nivel latinoamericano”, reconoció.
En tal sentido añadió “La Argentina tiene una cultura vial muy mala. El peatón no es respetado, el ciclista no es respetado, si paras ante una señal de Pare, el de atrás te toca bocina. Se pide más control, pero cuando salimos a la calle la gente se queja”. “El gran problema que tenemos en la provincia es no acatar las normas de tránsito, por la vida misma. Y los excesos de velocidad”, cerró.