Los incendios que se desataron el último verano en Corrientes arrasaron con la mitad del Parque y quemaron más de un millón de hectáreas en todo el territorio provincial.

Un trabajo de investigación realizado por el equipo de Datos de  Todo Noticias (TN), a partir de imágenes satelitales y con presencia en el lugar, muestra cómo avanzó el fuego y como se recuera la vegetación  en estos últimos cinco meses.

En el caso de la fauna, el equipo de TN  accedió a los datos preliminares del relevamiento “Transectas Iberá” -realizado en forma conjunta por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), la Dirección Nacional de Biodiversidad; el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA); la Dirección Nacional de Parques Nacionales, y la Fundación Vida Silvestre-,que registró 275 carcasas de vertebrados que murieron por fuegos.

A través del uso de imágenes satelitales del Sentinel-2, se calculó el porcentaje del territorio que presenta indicios de una vegetación sana igual o superior a la mediana del 2021.

Si bien no se puede tener una medida exacta se estimó que, para finales de mayo, el 60,7% (634,275 ha) de las zonas quemadas de Corrientes y el 81,3% del Parque Nacional Iberá presentaron indicios de recuperación temprana en base a la vegetación del 2021.

Las imágenes satelitales y los datos recabados en el lugar son esperanzadores, pero los especialistas coinciden en que hay que darle tiempo a la naturaleza para que logre superar un golpe tan fuerte.

Las zonas estudiadas  presentan fuertes indicios de una primera recuperación, en términos de las características de la vegetación que puede capturar un satélite. Un verdadero análisis de los efectos y recuperación post-fuego requiere de una evaluación a más largo plazo y de la consideración de otros factores, como la fauna local.

Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre enero y febrero en Corrientes se quemaron 1.042.514 hectáreas, lo que representa el 11,7% de la provincia. Sin embargo,  la peor parte se la llevó el Parque Nacional Iberá: el fuego arrasó con el 48,9% de su superficie (93.976 hectáreas).

“Si bien el impacto fue muy grande, hay fuertes indicadores de recuperación”, aseguró Manuel Jaramillo director de la Fundación Vida Silvestre. Las imágenes satelitales y la constatación en el lugar lo confirman, pero lo que más preocupa son los bosques, tanto cultivados como nativos, a los que les demandará más tiempo hacerlo regenerarse.

Todas las esperanzas están puestas en la primavera, cuando la vegetación podrá mostrar todo su esplendor.

Proyecto Transectas

El Proyecto Transectas es un estudio colaborativo, que busca evaluar el impacto de los incendios sobre la fauna, particularmente en los vertebrados, a partir de una técnica llamada distance sampling.

Entre enero y marzo un equipo conformado por más de 30 personas recorrió 190 kilómetros de áreas quemadas y fue documentado las carcasas de animales afectados por el fuego, descartando los que habían muerto antes de la llegada de las llamas, por ejemplo por la sequía.

De acuerdo con este relevamiento -que por el momento cuenta con datos preliminares, con una investigación aun en desarrollo- en los Esteros del Iberá, las áreas más severamente afectadas fueron el Sector Norte (Galarza), el corredor Mburucuyá-San Roque, Colonia Carlos Pellegrini, Lomada de Caa Catí a Mburucuyá y el Corredor Iberá-Mburucuyá, que protegen especies amenazadas y/o en peligro de extinción.

“Se detectaron 275 animales afectados por los incendios, principalmente mamíferos medianos, y también muchísimas especies de reptiles y anfibios pequeños, que les cuesta mucho escapar rápidamente de los incendios”, contó Mariana Raño, Doctora en Biología y técnica de la Dirección Regional NEA de la Administración de Parques Nacionales, que formó parte del equipo.

“En estos meses, el ecosistema volvió a restablecerse, a restaurarse naturalmente, porque está adaptado al fuego, pero la magnitud de estos incendios fue mucho más grave. Bajo los esteros hay muchísima materia orgánica y eso se sigue quemando con el tiempo; por eso, para que vuelva a generarse toda esa vida en ese ecosistema, también demandará mucho tiempo”, aseguró Raño.

Fuente: Todo Noticias (TN)

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