Debía de haber unos prismáticos de oler para percibir el perfume de los jardines lejanos.
El tiempo sabe a agua seca.
Nuestra verdadera y única propiedad son los huesos.
La medicina ofrece curar dentro de cien años a los que se están muriendo ahora mismo.
El que se despierta de la siesta al atardecer nota que le han robado el día mientras dormía.
Al dar a la llave de la luz se despierta a las paredes.
Nos muerde el ladrido de los perros.
La lluvia es triste porque nos recuerda cuando fuimos peces.
Aburrirse es besar a la muerte.
El mapamundi nos sirve el mundo como un par de huevos fritos.
Cuando la mano izquierda del pianista salta sobre la derecha, le roba notas del lado que estaba prohibido.
El amor a primera vista no necesita gafas.
Cuando mató la paloma, quedó un agujero en el cielo.
Cuando nos llueve sin llevar sombrero, nos crecen ideas vegetales.
La arena es como el desangre del tiempo de los siglos.
A veces sentimos un apretón de manos en el corazón.
El candado: corazón de la puerta.
Cuando bostezamos frente al espejo, nos tragamos a nosotros mismos.
GREGUERÍAS de Ramón GÓMEZ DE LA SERNA.