Washington. – La presión no deja de subir.

En la antesala de la Asamblea General de la ONU, Washington ha vuelto a responder con pólvora verbal a la escalada balística y nuclear del régimen de Pyongyang. “Si Corea del Norte mantiene su temeraria conducta, los Estados Unidos deberán defenderse y defender a sus aliados, Corea del Norte será destruida; es algo que ninguno de nosotros quiere, no queremos la guerra”, afirmó ayer la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley.

Sus palabras refuerzan una semana en la que Washington ha vuelto a chocar con el líder norcoreano, Kim Jong-un. Tras lograr que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase por unanimidad una octava ronda de sanciones contra Corea del Norte, el régimen de Jong-un respondió con una nueva prueba con un poderoso misil.

Un cohete que sobrevoló Japón y recordó al mundo que su programa balístico y nuclear avanza a marchas forzadas.

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