Un día como hoy pero del año 2004 ocurría un hito en la historia del deporte nacional. Por primera vez, dos tenistas argentinos alcanzaban la final de uno de los cuatro torneos de tenis mas importantes del mundo. Guillermo Coria y Gastón Gaudio se medían en el partido definitorio de Roland Garros.
Coria, que en ese entonces se ubicaba en el prestigioso puesto número 3 del ranking ATP, llegaba a dicho encuentro con una racha de 22 victorias seguidas en canchas lentas y solo una derrota (ante Roger Federer), habiendo obtenido dos títulos: Buenos Aires y MonteCarlo.
Por su parte, Gastón, que se presentaba a disputar el Grand Slam francés ostentando el número 44 del mencionado ranking, había tenido una temporada más irregular que su contrincante, logrando ser “únicamente” finalista del abierto de Barcelona.
Asimismo, el trayecto recorrido por ambos en el certamen en cuestión, fue prácticamente opuesto. Toda vez que “El Mago” Coria jugó, fue contundente con sus adversarios y alcanzó la final con 11.47 horas de juego en sus espaldas, mientras que el “Gato” batalló durante 16.11 horas.
Dichas estadísticas, se vieron plasmadas en los dos primeros sets jugados entre ellos en el court central, en lo los que Coria se impuso, casi sin despeinarse, por 6-0, 6-3. Pero a mediados del tercer set, la historia de éste tan recordado partido daría un vuelco crucial.
La final seguía la misma tendencia de los sets anteriores. Coria se floreaba en la cancha y desplegaba todo el repertorio que lo llevó a ganarse el apodo de “El Mago”. Se imponía 4-3 en el marcador y ocurrió el punto de inflexión que llevaría a su rival a meterse nuevamente en el partido.
Luego de que Gaudio ganara un punto de alto vuelo tenístico, el público se puso de píe para ovacionar a quien entonces se encaminaba a ostentar el récord del perdedor más rápido de la final del certamen parisino.
Los espectadores presentes en el “Philippe-Chatrier” comenzaron a animar a Gastón al grito de “Gaudio Gudio” y realizaron la famosa “ola”. Dicha demostración de afecto fue una inyección anímica clave para “el Gato”, quien ganó los tres games siguientes y se adjudicó inesperadamente el tercer set.
Seguidamente, se sumaría otro de los ingredientes fundamentales que tuvo dicha final. Al inicio del cuarto segmento, Coria comenzó a sufrir calambres en su pierna derecha y se lo veía completamente afectado por el envión que tomaba su rival. Dicha situación lo llevó a ceder el set con un resultado de 6-1.
Finalmente, llegaba el quinto set, el definitorio, el que nadie de los presentes en el estadio, ni los televidentes, creía que se iba a jugar. Y éste no sería menos espectacular que los cuatro anteriores.
Guillermo Coria llegó a disponer de dos puntos para campeonato, con el resultado 6-5 a su favor, los cuales intentó definirlos con tiros ganadores que se fueron a escasos centímetros de las fajas divisorias del rectángulo anaranjado. Así, malograba las dos únicas chaces que iba a poseer para coronarse campeón, dejando con vida a Gaudio.
“El Gato” ganó los dos games siguientes y ante su primera chance para campeonar, la aprovechó con “la especialidad de la casa”. Se jugó su suerte con un revés cruzado que no pudo ser devuelto por Coria, y se coronaba así, como el primer argentino en adjudicarse el trofeo de campeón de “Roland Garros”, tras 27 años.
Este, sin dudas, fue un día histórico para el deporte nacional. Y luego de dieciséis años, sigue dando que hablar.
Martín Randazzo