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La voz en la radio
De Renata Lerina Ferreira
Era el año de 1982, yo no me acordaba el mes pero ahora sé que debería haber sido abril o mayo. Hacía pocos meses nos habíamos mudado para un departamento en el tercer piso del mismo edificio en que vivíamos, allá en Brasil, en la ciudad de Porto Alegre, que es de donde soy.
El departamento era más amplio, con 3 habitaciones. Por primera vez en mis siete años de vida, pasé a tener mi propio cuarto. También fue la primera vez en mi vida que escuché de manera tan cargada de emociones la palabra guerra. Mis abuelos también vivían en el edificio. Cuando iba a su casa veía a mi abuelo escuchando seriamente una voz tensa que salía desde una pequeña radio a pilas que llevaba junto al oído y le contaba sobre una guerra en el país vecino. Parecía que siempre estaba a punto de dar una mala noticia. Yo no entendía todo lo que estaba pasando entonces y creo que solo pude entender después que vine a vivir a Tierra del Fuego, donde los sentimientos sobre la guerra están tan vivos en la memoria de la gente. Además, tenía la atención clavada en los cambios personales de mi vida.
Era todo distintito en este nuevo hogar. Mis dos hermanos, mayores que yo, se dividían la habitación más amplia de la casa, que tenía una puerta que daba a un pequeño pero hermoso balcón con vistas a la calle. El departamento anterior era chico, estaba en la planta baja y daba al fondo del edificio. Teníamos un pequeño patio y un gran muro limitando el terreno.
Ahora era diferente, teníamos la calle, la altura y el edificio de al lado. Desde la ventana de la sala o del balcón del área de servicios se veían las ventanas gastadas del predio vecino.
Una tarde me puse a mirar el departamento de en frente y allí estaba una niña que, como yo, miraba a su vecina. Me pareció graciosa la situación y me reí saludando a la chica que me espejaba del otro lado. Le mostré la muñeca con que jugaba en el sillón y ella señaló la suya. Durante varios minutos nos quedamos jugando a la distancia y en silencio. Nos separaban los patios internos de ambos edificios.
La escena se repitió un par de veces, yo la veía muy sola y no me gustaba la señora que la cuidaba. Más tarde supe que era su abuela. No me gustaba porque siempre llamaba a mi amiga (¿la puedo considerar amiga aunque nunca hablamos?) y entonces el juego en las ventanas se terminaba. A veces llegaba a pensar si la mujer sería mala o cruel con su nieta aunque nunca vi nada sospechoso. El nombre de la abuela me hacía acordar a la voz de la radio y a la expresión de miedo y preocupación en la faz de mi abuelo. La señora se llamaba Malvina.
Renata Lerina Ferreira (Porto Alegre, 1974). Escritora, historiadora y docente de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego.
Publicó los libros ¨Memorias dos barrios: Petrópolis¨ (Unidade Editorial da Secretaria Municipal da Cultura de Porto Alegre, 2002) y ¨Memoria dos barrios: Cristal¨ (Unidade Editorial da Secretaria Municipal da Cultura de Porto Alegre, 2003).
También ha publicado notas en el diario Zero Hora, Revista Fuego y Revista Caleuche.
Desde 2012 reside en Río Grande.
