ALFIO BALDOVÍN (Córdoba, 1956). Fotógrafo autodidacta.
Participó en ¨La noche de los museos en Buenos Aires¨, en las ediciones del MAF, en el ¨Festival de la luz patagónico¨, entre otros eventos.
Ha hecho distintas muestras fotográficas; de las últimas podemos mencionar ¨Minoría, mayoría, minoría… y algo más¨ y ¨Paisajes y labores en el campo fueguino¨.

Tiene editados tres libros de fotografías en los que homenajea a Río Grande.

Desde hace años enseña fotografía para niños, adolescentes y adultos en distintos talleres culturales de la ciudad.
Alfio es uno de los fotógrafos profesionales más reconocidos de Tierra del Fuego por su trayectoria y por la calidad de sus obras.
En exclusiva, para las amigas y los amigos de EL ROMPEHIELOS, Alfio Baldovín nos cuenta sobre su historia y sus trabajos:
Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:
El siguiente texto fue escrito por María Martinengo para la muestra Retrospectiva (Museo Fueguino de Arte, junio 2016) de Alfio Baldovín:
Ciudades imaginadas, utópicas, saturadas. Ciudades que no existen y son, a la vez, porque la mirada del fotógrafo lo habilita. Piedras inanimadas, cosas inanimadas, entendiendo que ánima es alma: lo que da origen y vida a algo que antes no la poseía. Vistas panorámicas, paisajes, amaneceres, el desierto mar. Rostros-retratos, arrugas de viejos/as, gente que espera, la espera, carnavales y fiestas populares, gente que trabaja, pieles curtidas, caras desdibujadas por asimilación a su contexto…

Las fotografías de Alfio Baldovín son una muestra de lo que Susan Sontag dice de las fotografías: que “atestiguan la despiadada disolución del tiempo”: vemos aquí imágenes tomadas desde los ’80…de allí para acá Alfio no paró -no para- de apresar, de apropiarse de lo que ve a través de sus lentes (que lleva donde vaya en sus múltiples estuches) y de este modo confiere importancia –otro acertado pensamiento de Sontag- a aquello que retrata.
Alfio gusta de “robar-nos” gestos, movimientos, detalles. Y en esta acción otorga entidad a lo que de otro modo pasaría desapercibido por efímero, por fugaz, por ser la vida misma. Observa, elige, mide la luz, toma la foto. Su “robo” no lo hace menos ético: el fotógrafo, esencialmente humano, se inclina por la humanidad. Por una humanidad-acción, trabajo, movimiento.

¿Cómo y cuándo pasa el tiempo para el fotógrafo que fotografía su inescrupuloso paso? ¿Compartiendo quizá? Alfio brinda a otros/as, generosamente, todo lo que sabe, lo que aprendió por experiencia, por años y años de trabajo en la fotografía ¿Será que en compartir encontramos un verbo que se le ajusta?
En eso lo encontramos por estos días…brindando talleres, participando en exhibiciones, trabajando-caminando-observando, nunca sin su Cánon. Siempre, siempre, siempre con su cámara. Esta Retrospectiva nos acerca a su mirada y es, a la vez, excusa para encontrarnos, y para seguir compartiendo.
Contacto:
Fede Rodríguez
