El surgimiento y proliferación de nuevas enfermedades como el coronavirus COVID-19 se encuentra vinculado al sistema actual de producción de alimentos y al impacto del mismo sobre los hábitats naturales. Un modelo mas amigables con el ambiente como el agroecológico podría significar un nuevo rumbo para prevenir futuras pandemias como la que actualmente amenaza al mundo.

En los último 100 años el ser humano ha modificado el ambiente natural como nunca antes lo había hecho en todas su existencia. La explotación intensiva del patrimonio natural, la quema de combustibles fósiles para la producción de energía y transporte y la contaminación derivada de la industria y el consumismo son solo algunos de los ejemplos de como estamos alterando drásticamente nuestro entorno y el sistema que lo sostiene. La destrucción de hábitats naturales es una de las principales causas de la extinción de especies vegetales y animales, pero también propicia la aparición y proliferación de enfermedades que, dadas las condiciones apropiadas, pueden convertirse en graves epidemias o pandemias.

En este sentido el sistema actual agroalimentario representa una de las principales causas de destrucción y perdida de hábitats naturales. En Argentina la producción agricultura viene experimentando una sostenida expansión que amenaza bosques y áreas silvestres que son transformadas en tierras para la producción intensiva de soja o maíz. Por otro lado, la industrialización de la producción de carnes también colabora con la proliferación de enfermedades, debido en parte al abuso en la utilización de antibióticos para la prevención de infecciones en los animales. Esto puede provocan mutaciones en las bacterias para resistir a los antibióticos, generando así que cada vez sea mayor el número de infecciones cuyo tratamiento se vuelve más difícil debido a la pérdida de eficacia de los antibióticos.

Sin embargo existen alternativas para cada una de las actividades humanas que actualmente están alterando el ambiente natural, desde la producción de energía a partir de fuentes renovables hasta un sistema de economía circular basada en la reutilización y en un criterio sustentable de aprovechamiento de los recursos. Para la producción de alimentos, un nuevo enfoque es el que plantea la agroecología, un sistema amigable con el ambiente basado en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles. La agroecología busca minimizar la introducción de recursos externos a la unidad productiva tales como fertilizantes, semillas, agroquímicos y combustible entre otros, priorizando los procesos y las relaciones ecológicas que ocurren en el suelo y entre la biodiversidad. Se trata de la producción de alimentos implementando una mirada integral acerca del ecosistema, incluyendo el entorno social. Postula un sistema de producción libre de agroquímicos que, según sus impulsores, permite obtener alimentos mucho más saludables que la agricultura convencional. La producción de alimentos a partir de la agroecología se basa en los principios de la soberanía alimentaria, la valorización de la vida rural, en la producción basada en los ciclos naturales y no en los del mercado, en la defensa de la biodiversidad, en el control natural de las plagas, en la protección de los suelos y en el desarrollo de sistemas alimentarios resistentes capaces de adaptarse a los cambios climáticos y económicos.

De esta forma la agroecología se presenta como una interesante alternativa frente al modelo actual, ya que combina saberes provenientes de las ciencias naturales con las ciencias sociales, vinculando de esta forma a la naturaleza con la cultura y reconociendo a la humanidad como parte del sistema y no como un usuario que puede disponer a su criterio de ella. Se trata de una mirada socioecológica que concibe a las desigualdades sociales y ambientales como parte de un todo inseparable, lo que ha quedado en evidencia con la pandemia de coronavirus.

Este modelo de producción ha crecido considerablemente en todo el mundo. La red Vía Campesina es un movimiento global que agrupa organizaciones sociales de todo el mundo relacionadas a la producción de alimentos. Desde movimientos campesinos e indígenas pasando por pequeños productores y movimientos ambientalistas, la red agrupa agrupa a 200 millones de agricultores, 164 organizaciones repartidas en 73 países, provenientes de África, Asia, Europa y América, en donde se impulsa una agricultura a pequeña escala. En Argentina el desarrollo de la agroecología se da de forma sostenida. Según La Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la agroecología (RENAMA) 16 municipios ya adhirieron a la red (13 de Argentina y 1 de Uruguay) y en nuestro país ya hay unas 9 mil hectáreas productivas donde comenzaron a implementarse técnicas agroecológicas.

En la reciente apertura de la Asamblea Legislativa, el presidente Alberto Fernández aseguró que su gestión impulsará el desarrollo de experiencias de producción agroecológicas. Esta declaración toma mayor relevancia en los tiempos que corren, donde se ha hecho evidente que el actual modelo de producción y consumo es insostenible y que es solo cuestión de tiempo antes de que la situación se torne irreversible. El momento es único, estamos frente a la posibilidad histórica de tomar decisiones en orden de cambiar nuestro estilo de vida, nuestra forma de producción y nuestra relación con el entorno natural. Desaprovecharlo seria un error que pondría en riesgo nuestra vida y la de las generaciones por venir.

Abel Sberna
Fuente: FAO – OMS – ViaCampesina.org

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