La problemática que gira en torno a las granjas de peces trasciende las fronteras y, esta vez, quien decidió dar un paso más en la protección de sus mares fue Dinamarca.

El territorio marino del país tiene, actualmente, 19 granjas de peces en sus aguas y, gracias a una decisión de la ministra de Ambiente, Lea Wermelin, ya no se podrán instalar nuevas ni ampliar las existentes.

Luego de que la ministra afirmara que “ya no hay lugar” para este tipo de industria, Dinamarca se encaminará a partir de ahora en la búsqueda de estrategias más sostenibles para la producción de peces de agua salada en tierra.

A 14 mil kilómetros del país escandinavo, la provincia de Tierra del Fuego se encuentra en pleno debate alrededor de la instalación de la industria salmonera en sus costas del Canal Beagle. La dinámica en torno a esta práctica genera, entre muchas otras cosas, un alto nivel de contaminación, ya que los restos de comida y otros desechos caen al fondo; dañando de manera irreversible las aguas de, en este caso, el Canal.

Luego de fuertes reclamos por parte de distintos actores del entramado social fueguino, la comisión de recursos naturales de la Legislatura de la provincia decidió avanzar en el debate alrededor de un proyecto de ley que busca prohibir “la instalación de criaderos o establecimientos de procesamiento de especies ictícolas salmónidas, bajo cualquier modalidad” y que crea una multa que sanciona el incumplimiento de la futura ley con la posibilidad de la “Inmediata clausura del establecimiento y obligatorio decomiso de todas las instalaciones removibles (…)”

La industria salmonera aún no ha logrado avanzar en Tierra del Fuego y, con la mirada y las expectativas puestas en el parlamento local, las aguas patagónicas tienen la posibilidad de mantenerse prístinas y la sociedad de aprender de las experiencias en otras latitudes.

Gastón Lodos
Fuente: Sin Azul no hay Verde

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