Un estudio vincula la exposición a largo plazo a la contaminación del aire con el desarrollo de enfisema y la disminución de la función pulmonar. Los hallazgos pueden ayudar a explicar por qué el enfisema es relativamente común en los no fumadores.

El cambio climático tiene numerosos efectos sobre la vida en nuestro planeta. La modificación de las condiciones atmosféricas ha acelerado procesos naturales de cambio en la temperatura de La Tierra provocando una crisis climática que amenaza con extinguir especies, destruir ecosistemas y cambiar para siempre la vida como la conocemos en el planeta. Los seres humanos no podemos escapar de los efectos del calentamiento global, el cual afecta nuestra calidad de vida, nuestros procesos productivos y nuestra salud.

Un estudio reciente desarrollado por las universidades estadounidenses de Columbia, Washington y Buffalo, vincula la contaminación atmosférica con afectaciones pulmonares como el enfisema, una enfermedad principalmente relacionada con el tabaquismo y que constituye la tercera causa de muerte a nivel mundial.

El enfisema es una afección pulmonar que causa dificultad para respirar. Las personas que padecen enfisema tienen dañados los sacos de aire de los pulmones (alveolos). La mayoría de las personas que padecen enfisema también tienen bronquitis crónica. La bronquitis crónica es la inflamación de los tubos que transportan aire hacia los pulmones (bronquios), lo que produce tos persistente. El enfisema y la bronquitis crónica son dos afecciones que forman la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

El estudio, el más grande y más largo de su tipo, analizó si las exposiciones a cuatro contaminantes principales (ozono a nivel del suelo, partículas finas (PM), óxido de nitrógeno y carbono negro) se asociaron con el desarrollo de enfisema, medido mediante tomografía computarizada y disminución de la función pulmonar, medida por espirometría. El trabajo consistió en el seguimiento durante 10 años de 7.000 adultos de 45 a 84 años que viven en diferentes ciudades de los Estados Unidos. De estos estudios los investigadores concluyeron que la asociación más fuerte de los contaminantes con el desarrollo de la enfermedad se da con el ozono. Los investigadores descubrieron que si el nivel de ozono ambiental era 3 partes por mil millones más alto en un lugar en comparación con otra ubicación durante 10 años, eso se asocia con un aumento en el enfisema, aproximadamente el equivalente a fumar un paquete de cigarrillos al día durante 29 años.

Graham Barr, profesor de Medicina y Epidemiología de Hamilton Southworth en Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y autor principal del artículo, explicó que “estos hallazgos son importantes ya que los niveles de ozono a nivel del suelo están aumentando, y la cantidad de enfisema en las tomografías computarizadas predice la hospitalización y las muertes por enfermedad crónica de las vías respiratorias inferiores”.

Pero, ¿Cuál es la relación entre el cambio climático y el aumento de los niveles de ozono a nivel del suelo? Según explicó Graham Barr “el ozono a nivel del suelo se produce cuando la luz ultravioleta reacciona con los contaminantes de los combustibles fósiles. Este proceso es acelerado por las olas de calor, por lo que el ozono a nivel del suelo probablemente continuará aumentando a menos que se tomen medidas adicionales para reducir las emisiones de combustibles fósiles y frenar el cambio climático”.

Este estudio se suma a otros como el de la Alianza Australiana de Salud Global, el cual indica que el calentamiento global se relacionaría a deficiencias psíquicas, defectos de nacimiento, obesidad, asma o depresión. Dicho trabajo analiza los efectos del cambio climático en la salud de los habitantes de Asia Pacífico, especialmente en las zonas propensas a desastres naturales y en las que los cultivos han sido afectados por el intenso calor y concluye que los hijos de las mujeres que han experimentado un daño por casos vinculados a las tormentas, sobre todo entre el primer y segundo trimestre de embarazo, han perdido capacidad cognitiva.

El estudio también señala que el aumento del calor puede producir o exacerbar pandemias como el zika y otras enfermedades transmitidas por los mosquitos, y agravar otros problemas por el deterioro de la calidad del aire y el agua como el asma, las alergias, neumonía o diarreas.

Abel Sberna
Fuentes: EFE – Journal of American Medical Association

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