Patricia Blanco para Infobae – “Se trata de una maquinaria de corrupción que, a nivel nacional, se instaló desde el comienzo mismo de la presidencia de Néstor Carlos Kirchner, permaneciendo enquistada en nuestra República Argentina, sin solución de continuidad, durante más de doce años”. La frase, escrita por el juez Claudio Bonadio, surge del nuevo procesamiento que se dictó en la megacausa de los cuadernos y en donde se analizó la responsabilidad de Cristina Kirchner por la cartelización de la obra pública, el sistema que quedó expuesto a través de las confesiones de los arrepentidos que desfilaron los fiscales ante Carlos Stornelli y Carlos Rivolo y el propio juez Bonadio cuando estalló el caso de las anotaciones de Oscar Centeno.
Pero además, en su escrito, Bonadio le envió un mensaje a la ex presidente y sus defensores: “La actividad desarrollada por este Tribunal no se trata de una ‘persecución judicial’, sino de una verdadera investigación judicial”, dice la resolución a la que accedió Infobae.
A la hora de evaluar el rol de Cristina Kirchner en este esquema, Bonadio aludió a los dichos del financista Ernesto Clarens, que al declarar bajo la figura del arrepentido explicó “cómo era el mecanismo de recaudación –orquestado por Julio Miguel De Vido–, del cual formaban parte las empresas de la construcción más relevantes de este país, al igual que las máximas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional”. Así refirió que “las empresas enviaban a sus oficinas a alguna persona encargada de entregar una suma de dinero (correspondiente a un porcentaje de los pagos realizados desde la Dirección Nacional de Vialidad), y luego coordinaba con el ex secretario de Néstor Héctor Daniel Muñoz (fallecido el 25 de mayo de 2016) y/o el ex secretario de Obra Pública José Francisco López la posterior entrega de ese dinero, que tenía por destinatarios, en última instancia, a Néstor Carlos Kirchner y Cristina Elisabet Fernández”.
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