Mientras en los grandes países desarrollados estudian la aplicación de tecnología para controlar la cantidad de radiación solar que incide sobre la superficie del planeta, un proyecto internacional investiga los efectos que esta técnica podría tener alrededor del mundo. En Argentina un equipo formado por tres investigadoras y un investigador se encargan de estudiar estos efectos sobre nuestra región.

Los efectos del cambio climático cobran mayor importancia y el tiempo para revertir el calentamiento global se acaba. Es por ello que además de la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero se estudian tecnologías que podrían ayudar a revertir el incremento de las temperaturas de nuestro planeta.

Una de estas tecnologías, conocida como manejo de radiación solar (SRM por sus siglas en inglés) se encuentra actualmente en etapa de desarrollo y consiste en la liberación en el aire de partículas que absorban parte de la energía calórica del Sol para así disminuir la temperatura de la atmósfera terrestre. Se trata de una técnica que pareciera salida de la ciencia ficción (similar a la estrategia de bloquear el Sol oscureciendo la atmósfera para evitar que las maquinas utilicen la energía solar en el filme Matrix) pero que está siendo considerada como una opción válida.

Si bien se trata de una técnica en estudio en países desarrollados, su impacto sería global, y es por ello que un proyecto internacional se ha concentrado en estudiar los efectos que la aplicación de ésta tecnología podría tener, especialmente en los países en vías de desarrollo, lo cuales son más vulnerables al impacto del cambio climático. De este proyecto participan ocho equipos científicos de diferentes países en desarrollo (Argentina, Jamaica, Costa de Marfil, Sudáfrica, Benin, Bangladesh, Irán, Indonesia).

El equipo argentino está conformado por tres investigadoras y un investigador, bajo la dirección de Inés Camilloni, investigadora independiente del CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera.

“A través de simulaciones computacionales, nosotros buscamos conocer cuáles serían las consecuencias a nivel climático para la región de inyectar partículas de tipo volcánico en la atmósfera, mediante el uso aerosoles, para reducir los niveles de radiación solar. Nos interesa saber qué va a pasar con la temperatura y las precipitaciones  y con esos datos también alimentar el modelo hidrológico para conocer cómo se vería alterado el caudal de los ríos de la Cuenca del Plata en general y frente a fenómenos climáticos extremos como las inundaciones”, explica Camilloni en una entrevista en el sitio web de Conicet.

Allí también detalla que “toda esta información es importante para países como los nuestros porque algunas de las cuestiones que se van poner en discusión, como quién va ser responsable decidir la cantidad de partículas a inyectar y en dónde, son problemas relacionados a la gobernanza de los asuntos climáticos. Es necesario que nuestros representantes en los espacios de decisión en relación clima global cuenten con buena información para poder tomar posturas con base científica”.

El desarrollo de esta tecnología no deja de despertar dudas y generar controversia, pues su aplicación significa continuar interviniendo sobre la atmósfera y sobre el clima y es por ello que un estudio minucioso de las posibles consecuencias de su uso resulta fundamental. “SRM es una técnica controversial porque implica seguir interviniendo sobre el clima sin terminar de esclarecer las consecuencias. Por otro lado, es un recurso que puede ser visto como una forma de no desacelerar tan rápido las emisiones de Dióxido de Carbono a la atmósfera como estrategia central para bajar su temperatura. Desde ese punto de vista también es sumamente polémico”, concluye Camilloni.

 

Fuente: CONICET
Imagen: Verónica Tello (CONICET)

 

Abel Sberna

 

 

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