Los familiares de los ex combatientes argentinos fallecidos en la Guerra de Malvinas, que esta semana identificaron los cuerpos enterrados en Darwin, tenían una orden expresa: no llevar banderas argentinas, ni ningún otro símbolo patrio a las islas.
Esa fue la exigencia de la Corona británica para que se llevara a cabo la identificación de los jóvenes que murieron en el conflicto militar de 1982 y fueron sepultados en suelo del archipiélago con la leyenda “Soldado argentino solo conocido por Dios”. Nada celeste y blanco, ni siquiera una escarapela.
La consigna fue clara: ningún elemento que mostrara el color de la patria por la que esos 88 héroes murieron en el sur.
Ni siquiera en medio de una jornada histórica en la que los familiares llegaban a Malvinas a ponerle nombre a las tumbas para que esos argentinos puedan descansar en paz luego de 36 años. Desde la Cancillería confirmaron a Perfil que los familiares no podrían pisar las islas si hacían flamear los colores patrios argentinos. “Es un tema humanitario y desde el principio les comunicamos a los familiares que no iban a poder llevar banderas argentinas”, confirmaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores.
A pesar de que Argentina cedió ante la imposición británica, en el gobierno de Mauricio Macri sostienen que aceptar este impedimento no representa ninguna cesión de soberanía. “Lo de las banderas argentinas es un tema menor”, destacan desde el Palacio San Martín.
Esa fue la principal condición que se puso en la mesa de negociaciones llevadas a cabo por Argentina, Gran Bretaña y los kelpers.
También se les exigió no llevar nada, ni flores, ni ningún rosario.