Con la mayor parte de los huemules del país sobreviviendo en Santa Cruz, un taller binacional en Chile abrió un debate urgente. Dejar de conservar refugios precarios y comenzar a restaurar poblaciones en ambientes óptimos. “No basta con proteger el 1% de lo que queda”, advirtió Sebastián Di Martino.

El huemul ha perdido el 99% de su población original y hoy sobreviven apenas 500 ejemplares en Argentina y cerca de 1.000 en Chile. Según el biólogo y director de Conservación de Rewilding Argentina, Sebastián Di Martino, la situación “es crítica”, pero el foco ahora está en que “conservamos mayormente al huemul en lugares donde vive como refugiado, después de que lo expulsaron de ambientes mejores”. Son zonas altas de cordillera, con inviernos largos, poca vegetación y animales con problemas nutricionales”, explicó.

Por lo general, cuando hablamos del huemul, nos imaginamos la figura de un ciervo entre árboles, quieto, casi invisible en la espesura de la cordillera… pero ese retrato, tan arraigado en la memoria patagónica, no sería la postal completa.

restauración del huemul


Di Martino cita las investigaciones de Werner Flueck, investigador del CONICET, que evidencian la fragilidad de esas poblaciones. “Astas deformadas, pérdida prematura de dientes y una longevidad reducida a veces a menos de cinco años, cuando la especie debería alcanzar al menos los veinte”. Además, otro dato relevante, es que “se detecta la pérdida del hábito migratorio”. El huemul se queda todo el invierno en la montaña, con uno o dos metros de nieve, sin bajar a los valles donde hay mejores pastos, “y no lo hace porque muchos de esos valles están ocupados por pueblos, ganado o perros”.

El taller binacional en Chile tuvo como eje la recuperación del huemul y reunió a investigadores, autoridades y organizaciones de ambos países. Durante dos jornadas se pusieron sobre la mesa evidencias científicas, experiencias de reintroducción y la urgencia de dar un giro cultural en su conservación. “Hasta ahora se hablaba de conservar lo poco que quedaba; hoy el debate se corre hacia cómo restaurar lo perdido”, explicó Di Martino, subrayando el valor de haber compartido miradas y compromisos entre distintos actores de la región.

El encuentro reunió a representantes de la Administración de Parques Nacionales, de gobierno y organizaciones de provincias como Neuquén y Chubut, del gobierno chileno como la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), además de fundaciones y ONGs como Rewilding Chile, WCS y Huilo Huilo, estos últimos anfitriones del evento. También participaron investigadores vinculados a proyectos de cría y reintroducción en la región.

restauración del huemul


Nuevas herramientas y experiencias

El cambio de enfoque pone sobre la mesa la restauración de poblaciones en ambientes considerados primarios para la especie: zonas más bajas, de vegetación abierta, con presencia de mallines que brindan abundante alimento de calidad y con clima más benigno. Una de las conclusiones del encuentro es que es ahí donde hay que poner los esfuerzos de reintroducción del huemul , ambientes como los que hoy se conservan en el Parque Patagonia en Santa Cruz donde el huemul habitó y fue una presencia común, tal como lo evidencia el relato de exploradores o las viejas astas que aún conservan algunos pobladores de esta región.

A este viraje se suma la validación de los centros de cría y reintroducción. Durante años, muchos sectores resistieron la idea de mantener y liberar huemules criados en cautiverio. Hoy, los ejemplos de Huilo Huilo en Chile y de Shoonem en Chubut, Argentina, muestran resultados alentadores.

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El caso reciente de un macho joven nacido en la población reintroducida en Huilo Huilo, que cruzó la cordillera e ingresó al Parque Nacional Lanín, mostró el potencial de estas iniciativas. En el Parque Nacional Lanín no se registraban huemules desde el año 1990.

“El ejemplo de Huilo Huilo barrió con muchos preconceptos. Ya tienen animales nacidos en el centro que se reprodujeron en libertad. Y han liberado a varios ejemplares allí donde el huemul había desaparecido. Eso demuestra que es una herramienta útil y que se va a usar cada vez más”, señaló. “Estas herramientas pueden ser utilizadas también en Santa Cruz” enfatizó.

El huemul y el equilibrio de los ecosistemas

restauración del huemul

Más allá de su valor simbólico, la restauración del huemul responde a razones ecológicas. “Es uno de los grandes herbívoros que habitaban toda la Patagonia y cumple funciones clave en el ecosistema”, explicó Di Martino. De hecho, un estudio internacional reciente lo incluyó entre las veinte especies prioritarias a recuperar en el mundo para sanar ecosistemas.

La mirada de fondo implica entender que no basta con conservar el 1% de lo que alguna vez fue la especie. “El huemul es el ciervo más amenazado del continente americano. Ni el oso polar ni ningún otro mamífero grande del continente está en una situación más crítica. Por eso tenemos que restaurar, no podemos quedarnos con lo que queda”.

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