Transcurría la guerra de Malvinas cuando el 2 de mayo de 1982 el submarino nuclear inglés HMS “Conqueror” atacó al crucero en momentos en que navegaba a 35 millas al sur de la zona de exclusión determinada por Gran Bretaña alrededor de las Islas.

Los británicos acusaron a la entonces primera ministra Margaret Thatcher de dinamitar toda posibilidad de un acuerdo con la Argentina, que consideró aquella acción como una violación al derecho de guerra y las normas que encuadran este tipo de enfrentamiento.

De los 1.093 tripulantes que el Belgrano tenía a bordo, murieron 323, casi la mitad del total de muertos argentinos en la guerra.

“Ante esta nueva agresión, la República Argentina reitera ante la opinión pública nacional y mundial su acatamiento al cese de hostilidades dispuesto por el Consejo de Seguridad en la resolución mencionada. Solamente se ha limitado a responder los ataques de Gran Bretaña, sin emplear la fuerza más allá de lo estrictamente necesario para asegurar la defensa de sus territorios”

Comunicado de Cancilleria, 4/05/82

770 lograron sobrevivir en balsas inflables, aunque debieron esperar varios días en el mar, con temperaturas bajo cero, antes de ser rescatados.

El crucero ARA General Belgrano, convertido en buque insignia de la Flota de Mar, había zarpado el 16 de abril de 1982 desde la Base Naval de Puerto Belgrano rumbo al Atlántico Sur.

Su misión era defender la línea de la costa, vigilar los accesos desde el sur a la zona de las islas e interceptar la flota enemiga de ser requerido.

A partir de la sanción de la Ley 25.546, la última posición del Belgrano fue declarada tumba de guerra y lugar histórico nacional.

Fuente: Radio Nacional

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