Los polinizadores nocturnos, como las polillas, necesitan una protección tan eficaz como las abejas, ya que una nueva investigación descubrió que podrían ser menos resistentes a las presiones que sufren a causa de la urbanización.

Además de a las abejas, hay que salvar a las polillas. Los polinizadores nocturnos, como las polillas, pueden visitar tantas plantas como las abejas. Y también deberían ser el foco de los esfuerzos de conservación y protección, sugiere un nuevo estudio de la Universidad de Sheffield.

El estudio encontró que las polillas bajo la presión de la urbanización también pueden ser menos resistentes que las abejas. Ello se debe a que su ciclo de vida es más complejo. Y a que los requisitos de polinización son más específicos.

También reveló que, a pesar de esta amenaza, las polillas juegan un papel crucial en el apoyo a las comunidades de plantas urbanas. Ya que representan un tercio de toda la polinización en plantas con flores, cultivos y árboles.

Los investigadores sugieren que al planificar o remodelar áreas urbanas, se debe tomar en cuenta la salud de los ecosistemas locales. Para ello es crucial apoyar la introducción de especies de plantas que son beneficiosas para las polillas, así como para las abejas.

Más urbanización, menos flores

La Dra. Emilie Ellis pertenece al Instituto Grantham para Futuros Sostenibles de la Universidad de Sheffield. Y también al Centro de Investigación para el Cambio Ecológico (REC) de la Universidad de Helsinki. Ella opina que «nuestro estudio encontró que en las áreas más urbanizadas la diversidad de polen que se genera y que es transportado por polillas y abejas disminuye. Esto significa que los polinizadores urbanos pueden tener menos recursos disponibles.

“Como las polillas y las abejas dependen de las plantas para sobrevivir, las poblaciones de plantas también dependen de los insectos para la polinización. Proteger los espacios verdes urbanos es vital. Pero también hay que garantizar que se desarrollen de tal manera que vaya más allá de la conservación exclusiva de las abejas. Puesto que también se debería apoyar a la mayor variedad posible de vida silvestre. Esto garantizará que las poblaciones de abejas y polillas sigan siendo resistentes. Y que nuestros pueblos y ciudades resulten lugares más saludables y verdes”. Además de a las abejas, hay que salvar a las polillas.

La importancia de las polillas

En el estudio, la Dra. Ellis y sus coautores demostraron que las abejas y las polillas visitan comunidades de plantas significativamente diferentes. Junto con las especies de flores pálidas y fragantes que se sabe que habitualmente frecuentan las polillas, el estudio mostró algo más. Descubrieron que las polillas transportaban más polen de lo que se pensaba anteriormente. Y visitaban más tipos de árboles y cultivos frutales de los identificados previamente.

En áreas urbanizadas, a veces puede haber una sobreabundancia de especies de plantas no nativas, o simplemente una reducción general en la diversidad de especies de plantas; esto puede resultar en interacciones de insectos más bajas para especies de plantas menos atractivas, lo que tiene efectos negativos tanto en las poblaciones de plantas como de insectos.

Ellis dice que la investigación demuestra cuán cruciales son las polillas en la polinización de las plantas. Incluidos los cultivos. Y que el estudio tiene implicaciones para las iniciativas de jardinería amigables con la vida silvestre, los planificadores urbanos y los legisladores responsables del desarrollo de espacios verdes urbanos para parques u horticultura urbana.

“La gente generalmente no aprecia las polillas, por lo que a menudo se las puede pasar por alto en comparación con las abejas cuando se habla de protección y conservación. Pero se está volviendo evidente que debe haber un esfuerzo mucho más enfocado para crear conciencia sobre el importante papel de las polillas. Que también han sufrido estragos en sus poblaciones que han disminuido drásticamente en los últimos 50 años.

“Al planificar espacios verdes, se debe garantizar que la plantación sea diversa y respetuosa con las polillas y las abejas. De esta forma nos aseguraremos de que tanto nuestras plantas como los insectos sigan siendo resistentes frente al calentamiento global y a sus efectos futuros.

El delicado equilibrio ecosistémico
El Dr. Stuart Campbell, de la Facultad de Biociencias de la Universidad de Sheffield y autor principal del estudio, dijo: “La mayoría de las plantas dependen de los insectos para la polinización, pero saber qué insectos polinizan es en realidad una pregunta realmente difícil de responder”.

“Hay alrededor de 250 especies de abejas, solo en el Reino Unido. Y sabemos bastante sobre algunas de ellas. Pero también tenemos más de 2500 especies de polillas que visitan las flores principalmente de noche. Y de ellas conocemos muy poco. De lo que sí estamos segurso es de que son inmensamente útiles para los ecosistemas que integran”.

“Lo que pudimos hacer en este estudio es utilizar la secuenciación del ADN para identificar el polen que se pega a las polillas nocturnas cuando visitan las flores. Descubrimos que las polillas probablemente polinizan una variedad de especies de plantas, muchas de ellas silvestres, que es poco probable que sean polinizadas por abejas, y viceversa”.

Está claro a partir de este estudio que la polinización se logra mediante redes complejas de insectos y plantas. Y estas redes pueden ser delicadas y sensibles a la urbanización. También podemos aprender qué especies de plantas podrían ser las mejores fuentes de alimento para diferentes insectos, incluidos los nocturnos como las polillas adultas. Y podremos usar esa información para proveer mejor a todos nuestros polinizadores». Además de a las abejas, hay que salvar a las polillas.

Fuente: Ecology Letters

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