De esta manera, apuntan a mejorar las técnicas de cultivo que sirvan como otra fuente de ganancias para la pesca artesanal, y a su vez, teniendo en cuenta los cuidados ambientales locales.

Desde el Gobierno de Chubut, a través de la Secretaría de Pesca, continúan realizando trabajos experimentales de maricultura artesanal con el objetivo de mejorar las técnicas de cultivo para generar otras fuentes de ingreso alternativas en el sector pesquero.

Respecto a esto, Matías Soutric, integrante del área técnica del organismo pesquero provincial, afirmó que se realizó una campaña “para evaluar el estado de captación de las ocho estructuras colocadas en septiembre y diciembre de 2022, arrojando resultados positivos para mejillón y vieira”.

Continuando, explicó que “siguiendo con los lineamientos del Plan de Manejo del Área Protegida Península Valdés”, se resolvió retirar en una próxima campaña, las estructuras, cosechando las semillas de bivalvos captadas, que se trasladarán al Laboratorio de la Escuela de Camarones, donde con la ayuda de sus técnicos y alumnos, se realizará tanto el encordado como colgado de los chorizos en el cultivo”.Muestras

“Las muestras serán monitoreadas y podrán ser aprovechadas desde el Plan Provincial de Marea Roja que lidera desde hace varios años la Secretaría de Pesca, para el muestreo mensual de dicho fenómeno”, indicó el profesional.

A su vez, Soutric remarcó que “se realizaron tareas coordinadas por el Ministerio de Ambiente de la provincia para el muestreo de micro plásticos en el golfo San José”, que básicamente consistió en tomar muestras de agua y mejillones de dos sitios, con sus respectivas contra muestras, para ser analizadas en el Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR) – CONICET.

El proyecto

Sobre el plan de acción, el funcionario detalló que “consiste en la puesta a punto de cultivos con estructuras de captación de moluscos bivalvos (mejillón y vieira) sumergidos a doce metros de profundidad en la costa norte del golfo San José”.

De acuerdo a su explicación, las estructuras pivotantes de dos metros de altura se mantienen unidas al fondo y son llenadas con aire, lo que permite que se mantengan en vertical. Además, fueron recubiertas con redes de pesca en desuso que sirven como área para la fijación de larvas de bivalvos. “En el caso de interactuar con mamíferos marinos, las estructuras se mueven y vuelven a su posición evitando cualquier tipo de enredo”, aclaró.

Por último, destacó que “el proyecto surgió luego de varios acuerdos celebrados con el CESIMAR-CONICET que presta el asesoramiento técnico – científico y cuenta con el apoyo de los Ministerios de Ambiente; de Turismo; la Secretaría de Ciencia, y de la Administración de Parques Nacionales”, concluyó.

Fuente: Diario Jornada

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