En los sistemas de agricultura ecológica, las rotaciones de cultivos son vitales para hacer un uso eficiente de los recursos naturales. La elección correcta de plantas y formas de su cultivo junto con las secuencias óptimas de la rotación suponen un uso más sostenible de la tierra, una mínima contaminación y un nivel aceptable de plagas y enfermedades.
La rotación de cultivos se puede definir como la práctica de plantar varios tipos de cultivos diferentes en la misma área en temporadas secuenciales. La rotación de cultivos beneficia tanto al medio ambiente, como al agricultor.
5 beneficios ambientales de la rotación de cultivos
Equilibra el nitrógeno
Al tomar decisiones sobre la gestión del nitrógeno, es muy importante comprender la relación entre la rotación de cultivos y el nitrógeno. Junto con los otros beneficios esa forma de labranza puede afectar la tasa de mineralización de nitrógeno o la conversión de nitrógeno orgánico en el mineral mediante la modificación de la temperatura del suelo, la humedad, los residuos vegetales, el pH y las prácticas de labranza.
Durante los últimos 50 años, el nitrógeno se ha utilizado en grandes cantidades para maximizar la producción agrícola, lo que ha resultado en un aumento del nitrógeno en el perfil del suelo de ciertas granjas. La rotación de cultivos juega un papel clave en la reducción del riesgo de lixiviación de nitratos en las aguas superficiales y subterráneas, mejorando la presencia de nitrógeno en el suelo y reduciendo el uso de fertilizantes nitrogenados.
Previene la erosión
La rotación de cultivos agrega diversidad y brinda equilibrio y estabilidad a nuestro perfil de suelo ayudando a reducir la erosión. En nuestra zona el suelo es muy arenoso. Las tormentas con fuertes vientos pueden arrastrar la capa superior de tierra rica en nutrientes llevándola para fuera de nuestros campos. La preservación de la estabilidad del suelo nos ayuda a mantenerlo en su lugar.
Controla la salud de cultivos
La rotación de cultivos susceptibles puede ser un medio efectivo y relativamente económico para controlar algunas enfermedades y plagas. Sin embargo, hay que comprender el ciclo de vida del organismo que causa la enfermedad (patógeno) para usar con éxito la rotación de cultivos para el manejo de enfermedades. En general, para el control de enfermedades y malezas hay que turnar plantas no susceptibles hasta que desaparezca el patógeno del suelo o se reduzca a un nivel cuyo daño fuese insignificante para los cultivos. Para manejar correctamente con la rotación una plaga, se necesita saber lo siguiente:
- Cuánto tiempo puede sobrevivir el patógeno en el suelo
- Qué especies de plantas adicionales (incluyendo malezas y cultivos de cobertura) puede infectar o sobrevivir.
- Las formas en que puede sobrevivir entre cultivos susceptibles.
- Cómo puede propagarse o reintroducirse en un campo.
- Métodos para manejar otras fuentes de patógenos.
Por ejemplo, un patógeno que puede sobrevivir en el suelo y que también puede dispersarse por el viento no es el más apropiado de ser gestionado por rotación si hay una plantación infectada cerca o si sus esporas pueden dispersarse a largas distancias.
Reduce emisiones de gas y contaminación del agua
Al implementar la rotación de cultivos, el uso de fertilizantes nitrogenados se reduce drásticamente, disminuyendo considerablemente las emisiones de gases de efecto invernadero. El potencial de calentamiento global por el óxido nitroso es mucho mayor que el del dióxido de carbono. La reducción de fertilizantes sintéticos también significa una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de su fabricación y transporte. Asimismo se disminuye considerablemente el nivel de la contaminación del agua causada por el nitrógeno. Las rotaciones diversificadas con gran surtido de cultivos y una menor dependencia de los pesticidas reducen el uso de pesticidas y la escorrentía hacia las aguas subterráneas.
Mayor capacidad para almacenar carbono
Las prácticas de rotación de cultivos pueden resultar en un mayor contenido de carbono en el suelo debido a los períodos más largos de cobertura. Además, reducen la frecuencia e intensidad de laboreo. El aumento en el uso de forrajes residuales en la rotación de cultivos y mayor contenido de carbono en el suelo ayudan a combatir el cambio climático.
La rotación de cultivos tiene muchos beneficios ambientales y está siendo ampliamente aceptada por nuevos métodos agrícolas. También tiene sus riesgos, como una menor rentabilidad debido a la disminución de la superficie cultivada de un cultivo de gran valor.
A pesar de esto, la rotación de cultivos es muy beneficiosa para el medio ambiente. La rotación adecuada favorece la sustentabilidad y productividad de la finca. Además, este sistema mejora la fertilidad del suelo al promover el crecimiento de varios organismos del suelo y ofrece una fuente de energía climáticamente sostenible.
Fuente: Noticias Ambientales