Según un informe recientemente publicado por la Organización Meteorológica Mundial, las concentraciones de gases de invernadero en la atmósfera terrestre han alcanzado en el año 2016 el récord de los últimos 800 mil años. Esta alarmante noticia cambia todo el panorama que se tenía hasta el momento sobre las expectativas sobre la evolución del cambio climático
“Los cambios geológicos más rápidos que hemos observado basados en núcleos de hielo fueron 10 partes por millón en 100 a 200 años. Entonces, lo que estamos haciendo ahora con la atmósfera es de 10 a 20 veces más rápido que nunca en la historia del planeta“, dijo Oksana Tarasova, jefa de investigación de la Organización Meteorológica Mundial.
La organización indicó que el “rápido aumento” del nivel de CO2 se debe a la conjunción de las actividades humanas y a un potente episodio de ‘El Niño’, un fenómeno climático que aparece cada cuatro o cinco años y que se traduce en un aumento de las temperaturas del océano Pacífico, que provoca sequías y fuertes precipitaciones.
¿Qué significa en la práctica el cambio climático? ¿Qué consecuencias tiene para nuestra vida en la tierra? Hasta hace poco los efectos de este cambio eran un horizonte lejano. Se hablaba de generaciones futuras que tendrían que lidiar con sequías, hambrunas, enfermedades y cataclismo épicos. Lamentablemente este escenario de tintes dantescos que parecía sacado de la ciencia ficción, no solo se está afirmando como verdadero, si no que ya está sucediendo. Más de 125 millones de personas mayores de edad experimentan hoy olas de calor extremo frente a 19 que las padecían en 1990.
El cambio climático ha revelado tener un impacto directo sobre la salud humana y, en consecuencia, a las actividades productivas que realizamos. Un estudio elaborado por instituciones académicas y organizaciones gubernamentales de todo el mundo, indica que entre 2000 y 2016 se registró un incremento del 46% en los desastres relacionados con el clima y 125 millones de adultos de más de 65 años estuvieron expuestos a olas de calor. De este estudio se desprende que debido al incremento de las temperaturas y a su impacto en la salud, la productividad en áreas rurales ha bajado un 5,3%. El aumento de las temperatura favorece al esparcimiento y proliferación de enfermedades. Por ejemplo, la propagación del virus del dengue ha crecido un 9,4% desde 1950.
“El cambio climático está ocurriendo y es un problema sanitario para millones de personas en todo el mundo. Las perspectivas representan un desafío, pero todavía tenemos la oportunidad de darle la vuelta a esta terrible emergencia médica”, señaló en un comunicado Anthony Costello, director de Salud Global en el University College London Institute.
Según el reporte, hacia finales de siglo habrá 1.400 millones de personas que sufrirán eventos de sequía y 2.300 millones de inundaciones. Entre 1990 y 2016 se produjeron 2.843 eventos relacionados con el clima, afectando 4.800 millones de personas y matando 505.000.
El panorama no es alentador. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las metas fijadas en el Acuerdo de París de 2015 que pretendían disminuir el incremento de temperatura a dos o un grado, difícilmente lograrán alcanzar un techo de tres grados. “Algunas veces, a nivel político, creen que una vez firmado el Acuerdo de París el problema está resuelto, pero es solo el comienzo del proceso y ahora el reto es convertir nuestro sistema de energía, sistema de transporte y nuestro sistema alimentario en favor del carbón neutral o un comportamiento menos invasivo de carbón. Y eso no ha sucedido lo suficientemente rápido para alcanzar esos objetivos hasta el momento”, dijo Petteri Taalas, jefe de la Organización Meteorológica Mundial.
Abel Sberna

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