El Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, ayer, estaba casi vacío.

Era una postal pocas veces vista como consecuencia de un paro de trabajadores de Aerolíneas Argentinas y Austral para reclamar por un aumento salarial que afectó a 40.000 pasajeros que debían tomar 380 vuelos, entre internacionales y de cabotaje.

Por un efecto arrastre, la compañía estatal anunció que hoy no saldrán 33 vuelos. La situación, lejos de resolverse, podría repetirse la semana próxima.

Así lo afirmó, en una conferencia de prensa, Rubén Fernández, el jefe del gremio aeronáutico UPSA, uno de los cinco sindicatos que convocaron a la medida de fuerza.

Las oficinas vacías y los puestos de check in de Aerolíneas estaban custodiados por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Y aunque no eran una multitud, algunas personas permanecían varadas en la terminal.

 

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