Mientras inspeccionaban los alrededores de Yendegaia, el equipo de arqueólogos del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), encontró los primeros vestigios de arte rupestre que corresponderían al siglo XVI o anteriores.

A través de esta investigación en Bahía Yendegaia en el Canal Beagle en el extremo sur de la Patagonia, el territorio ancestral del pueblo Yagán, descubrimos el primer sitio de arte rupestre en la isla de Tierra del Fuego. Las imágenes visuales geométricas encontradas en el Refugio de Yendegaia presentan motivos y composiciones análogas a las registradas en otros sitios del archipiélago sur asociados con la tradición de cazadores-recolectores marinos. 

También muestran similitudes gráficas con las pinturas rupestres atribuidas a poblaciones de cazadores-recolectores terrestres del campo volcánico Pali Aike, ubicado en el lado norte del Estrecho de Magallanes en la Patagonia continental. Ambos, sin embargo, muestran diferencias cuantitativas, lo que sugiere que surgieron de diferentes tradiciones visuales pero del mismo campo de soluciones gráficas. 

La tecnología de navegación permitió que los fueguinos que navegaban en canoa tuvieran movilidad de larga distancia y mantuvieran un flujo de información social mediado a través de imágenes visuales expresadas en formas materiales, como arte rupestre y expresiones de arte portátil. Los informes etnohistóricos sugieren una interacción social cooperativa más que competitiva. Esta dinámica social cooperativa habría sido necesaria para la supervivencia de las sociedades marinas en las duras condiciones ambientales características de la parte sur de la Patagonia sur.

“Durante nuestras investigaciones en Bahía Yendegaia, ubicada en el Canal Beagle, al extremo sur del continente americano y en territorio ancestral Yagán, hemos descubierto el primer sitio con pinturas rupestres de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Allí, las imágenes de diseño geométrico presentan formas y composición análogas a aquellas registradas en otros sitios del archipiélago austral”, expresaron desde el grupo de investigadores chilenos en una reciente publicación en la revista Latin American Antiquity, de la Universidad de Cambridge. 

Esta investigación fue desarrollada por un equipo del Centro de Estudios Interculturales e Indigenas (CIIR), integrado por los académicos Gloria Cabello, Marcela Sepúlveda y Francisco Gallardo. Hace algunos días, se publicó el paper respectivo en Cambridge Press.

“No ocurre lo mismo con las pinturas del campo volcánico continental de Pali Aike al norte del Estrecho de Magallanes, universo rupestre cuyas diferencias cuantitativas sugieren otra tradición visual, aunque dentro de un mismo campo de soluciones gráficas. La tecnología de navegación de los pueblos del extremo sur de América favoreció la movilidad a gran distancia de los canoeros fueguinos, quienes hubieran mantenido abierto un flujo de información social mediado por imaginarios visuales como el arte rupestre”, explican en el resumen de la investigación. 

Esta interacción social, documentada etnohistóricamente, indica que tenía un carácter de cooperación más que de competencia; dinamica social necesaria, en el contexto de las rigurosas exigencias ambientales del archipiélago fueguino y del sur de la Patagonia Meridional.

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