Desde que vivo en Ushuaia -hace ya diez años-, celebro ir a cubrir el desfile, y lo veo como un acto de amor a la ciudad que me abrió sus puertas y me ofreció un sinfín de oportunidades laborales, un renacer en el Fin del Mundo.
Este año, tras unas breves palabras del Intedente Walter Vuoto en el palco de autoridades, se dió paso al tradicional desfile cívico militar por la Avenida Maipú, donde todos los años los vecinos se reunen para festejar el cumpleaños de la ciudad de Ushuaia.
Y así es, cada 12 de Octubre, no importa qué gestión se encuentre, todos se dan cita allí. Jardines de infantes, escuelas, equipos deportivos, asociaciones barriales, organizaciones civiles, las Fuerzas Armadas, Navales, de Seguridad, Ex Combatientes de la Guerra de Malvinas, Cuerpos de Bomberos, etc., luciendo orgullosos sus carteles y trajes y uniformes. No importa el clima: en más de una oportunidad nevizcó, llovió o el viento sopló tan fuerte que volaron las banderas. Allí están todos los vecinos demostrando los lazos que unen a toda una ciudad: Unión, trabajo y “volver a empezar”. Además, ya es tradición que la locución queda a cargo del querido Marcelo Murphy quien con su inconfundible tono relata todo el evento.
Este es un evento en que el vecino se ve cara a cara con el jefe comunal, los concejales, funcionarios provinciales y municipales. Tienen la oportunidad de saludarlos, criticarlos, hasta de estrechar la mano o fundirse en un abrazo, porque algo queda claro: hoy no hay lugar para grietas politicas. Es un lugar de encuentro y celebración, celebrar que Ushuaia está en pie hace 133 años y avanza en muchos sentidos gracias al compromiso de los vecinos.
A lo largo de la calle es inevitable sentir el aroma de los choripanes que salen de los chulengos que se encuentran en cada cuadra, instalados por los padres y alumnos de las escuelas secundarias, que juntan fondos para la fiesta de egresados. No se puede volver a casa sin comprar uno y de paso colaborar.
No hay fiesta sin música y eso lo sabe muy bien la Banda de Música Municipal, que armoniza toda la jornada con clásicos infantiles hasta marchas. También los medios de comunicación se hacen presentes con camaradería -aunque a veces con empujones- para enfocar alguna imagen emotiva que será tapa en el diario de mañana.
Como broche final, los vecinos degustan una paella popular, realizada en esta oportunidad por Gastronomia del Sur. El personal de GDS estuvo trabajando desde muy temprano en el lugar, instalando con la asistencia del Municipio, las cocinas y preparando el clásico plato al aire libre. Luego, los funcionarios sirvieron las porciones a quienes se acercaron al lugar.
Una vez terminada la cobertura, me voy a casa y escribo tratando de reflejar la emoción de todos, la de una fiesta de la que ya me siento parte.
Silvana Minué
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