El Día Internacional de la Mujer Indígena, celebrado cada 5 de septiembre, rinde homenaje a la lucha y el sacrificio de Bartolina Sisa, una heroína aymara que entregó su vida en defensa de su pueblo. Junto a su esposo, Túpac Katari, Bartolina Sisa lideró una resistencia crucial contra la opresión colonial en el Alto Perú, actual Bolivia, a fines del siglo XVIII. Su ejecución brutal en 1782 marcó un hito en la historia de la resistencia indígena, convirtiéndola en símbolo de la lucha por la libertad y la justicia.
Este día no solo busca recordar su valentía, sino también visibilizar el rol de las mujeres indígenas a lo largo de la historia. Estas mujeres han sido guardianas de tradiciones, lenguas y saberes ancestrales que han sobrevivido a siglos de colonización y marginación. Su lucha no solo ha sido política, sino también cultural, ya que han sido clave para mantener vivas las identidades de sus pueblos a pesar de los intentos de erradicación.
Un ejemplo relevante de esta resistencia cultural es la figura de Lola Kiepja, chamana y última cantante del pueblo selk’nam, que habitaba la isla de Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina. Lola, que falleció en 1966, era portadora de un conocimiento profundo de la espiritualidad y las tradiciones de su comunidad. Su vida y muerte están entrelazadas con el genocidio que su pueblo sufrió a manos de los colonizadores y la posterior marginación. La muerte de Lola Kiepja no solo representa el fin de una era para el pueblo selk’nam, sino que también simboliza la lucha de los pueblos indígenas por sobrevivir en un contexto de constante desplazamiento y olvido.
El genocidio de los selk’nam, así como el de otros pueblos originarios en América Latina, fue un proceso de despojo y exterminio que comenzó con la llegada de los colonizadores europeos. En el caso de los selk’nam, la colonización en la Patagonia llevó al exterminio sistemático de esta comunidad, impulsado por la búsqueda de tierras para la cría de ganado ovino y la explotación de recursos naturales. La resistencia indígena, tanto en los Andes como en la Patagonia, es testimonio de la persistencia de estas comunidades frente a la violencia y la injusticia.
Hoy, las mujeres indígenas continúan su lucha. Defienden no solo sus derechos individuales, sino también los derechos colectivos de sus comunidades: la preservación de su tierra, su cultura y su lengua. A través de sus voces, rituales y saberes, las mujeres indígenas como Bartolina Sisa y Lola Kiepja nos recuerdan que la lucha por la justicia social está íntimamente ligada al respeto y la defensa de los pueblos originarios.
Este Día Internacional de la Mujer Indígena nos invita a reflexionar sobre la deuda histórica con las comunidades indígenas y a reconocer el rol fundamental de las mujeres en la preservación y transmisión de sus culturas.