Un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET y la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, junto a un grupo de emprendedores privados de la empresa Quinto Impacto, se encuentran trabajando en el desarrollo de una novedosa tecnología que permitirá detectar tumores mediante un análisis de sangre.
El proyecto surge luego de varios años de trabajo y es la principal misión de EpiLiquid, una empresa de base tecnológica creada por los propios investigadores, y financiada por el Centro de Innovación Tecnológica Empresarial y Social (CITES), cuyo objetivo es desarrollar esta tecnología que detecta biomarcadores epigenéticos que circulan en el sistema sanguíneo, y que será materializada en tests para el diagnóstico y seguimiento de pacientes con cáncer en diferentes etapas de la enfermedad.
“La detección de biomarcadores en sangre se enmarca en lo que se conoce como biopsias líquidas. Estas tienen la ventaja de ser poco invasivas y sin riesgos asociados al procedimiento, ya que consisten en una simple extracción de sangre. A pesar de que los estudios basados en biopsias líquidas aún están en fases tempranas de desarrollo, algunos tests ya han sido aprobados por los organismos regulatorios y cada vez más profesionales de diversas especialidades clínicas manifiestan su interés en la implementación de estudios de bajo riesgo y alta sensibilidad”, explica Emanuel Campoy, investigador adjunto del CONICET en el Instituto de Histología y Embriología de Mendoza (IHEM, CONICET-UNCUYO) y responsable del proyecto.
Este test para el diagnóstico temprano (o screening) permitirá detectar la enfermedad en las primeras etapas de desarrollo lo que se traduciría en una reducción en la agresividad de las estrategias terapéuticas, que serían mucho más eficientes, e incluso aumentaría significativamente las posibilidades de curación.
“Por su biología, si el cáncer es detectado de manera temprana, es posible curarlo. El cáncer de colon, por ejemplo, es la segunda causa de muerte de pacientes oncológicos a nivel mundial, sin embargo, si se diagnostica a tiempo, tiene una tasa de curación superior al noventa por ciento y una reducción de tratamientos invasivos del setenta por ciento. En este sentido, la tecnología desarrollada por Epiliquid permitiría detectar la enfermedad en su estadio más inicial y aumentar así las posibilidades de superarlo”, detalla el científico.
Más de quinientos mil dólares serán invertidos en un plazo de treinta meses en los que los investigadores deberán lograr las validaciones técnicas, preclínicas y los patentamientos de esta tecnología. Inicialmente el grupo comenzará a trabajar en la detección de cáncer de colon, para luego abarcar otros tipos tumorales como, por ejemplo, cáncer de mama. “Ahora nos encontramos en la etapa inicial de desarrollo y validación tecnológica. Nuestro objetivo es crear el primer prototipo del test y lograr la validación técnica y preclínica, lo que nos permitirá realizar los ensayos clínicos necesarios para aprobarlo y poder insertar la tecnología en el mercado”, relata Campoy.
Actualmente, los investigadores están trabajando en colaboración con un centro de gastroenterología para la constitución de un biobanco de muestras de pacientes con cáncer de colon. Esto les permitirá contar con los modelos necesarios para llevar a cabo un ensayo piloto y alcanzar la validación preclínica de la tecnología.
Si bien todavía el proyecto está en una etapa muy temprana de desarrollo, el grupo de científicos ya tiene en claro que su tecnología traerá avances en la lucha contra la enfermedad y, por ese motivo, deberá estar a disposición del sistema sanitario. “Más allá de que Epiliquid es una startup basada en la innovación tecnológica cuyo objetivo principal es desarrollar un test que permita la detección temprana de cáncer, estamos convencidos de que la ciencia debe llegar a todas las personas que lo requieran. En este sentido, está planteada una estrategia que incluye lograr acuerdos con el sistema sanitario público y privado para que toda la población tenga acceso a la tecnología que desarrollemos. Por otro lado, es muy importante destacar que este proyecto no hubiese sido posible fuera del marco institucional, científico y académico del CONICET y la UNCUYO.
Ambas instituciones han apoyado el trabajo. De hecho, parte del grupo somos docentes-investigadores de la Facultad de Ciencias Médicas y, a raíz de esto, su Consejo Directivo nos asignó un laboratorio para desarrollar el proyecto”, concluye el investigador.
Fuente: CONICET