Un libro que reúne las voces de grandes conocedores de Península Mitre está pronto a ser publicado. Un compendio sobre los valores culturales y naturales del área que está cada vez más cerca de alcanzar su protección por ley.

Se define como autor, editor y —antes que nada— aventurero. En 2002, a poco de haberse recibido como licenciado en turismo, Federico Gargiulo llegó a Tierra del Fuego donde comenzó a trabajar de guía. El trabajo en empresas de excursiones tanto nacionales como extranjeras le dio la posibilidad de conocer ambos polos de nuestro planeta.

Península Mitre. Crédito foto: Secretaría de Ambiente TDFAIAS

Su otra gran pasión, contar y transmitir lo que no es tan visible para los visitantes, lo llevó a fundar en 2008 Südpol, una editorial que ya lleva publicada más de una veintena de libros de distintos autores, muchos de ellos traducidos al inglés, francés y portugués. Los títulos incluyen infantiles relacionados con la Antártida, siempre con el común denominador al espíritu viajero.

La editora “nació para publicar obras sobre Tierra del Fuego, Antártida, Patagonia, pero después me di cuenta de que lo que me gustaba a mí eran los libros de expediciones, de viajes en general”, resume Gargiulo.

Península Mitre es un tema recurrente en sus libros. “Es un lugar al que le tengo mucho cariño y con el cual me siento muy identificado y muy agradecido”, cuenta el autor. De hecho, su primer libro autogestionado, “Huellas de Fuego”, relata su primera recorrida profunda a la península en 2005. Con varias ediciones en su haber e innumerable cantidad de lectores de todo el mundo, lo que Gargiulo transmitió en aquella primera experiencia literaria fue un incentivo para muchos que han decidido conocer la zona. ¿Cómo lo sabe? Tuvo la suerte de recibir y acompañar a varios.

Entre viaje y viaje, Federico avanza con la idea de escribir y publicar un libro que tiene como escenario a Península Mitre. Una suerte de “Biblia” que reunirá los hechos más salientes que tuvieron a esa inminente “Área Protegida” como inmejorable telón de fondo. Desde los buscadores de oro, hasta el martirio del misionero inglés Allen Gardiner, pasando por los caminantes modernos, hasta la gente que busca y trabaja en naufragios o la identificación y excavación de sitios arqueológicos.

El nuevo libro “Los Caballeros de Mitre: Historias de una península que no lo es tanto”, con fecha de presentación a definir muy pronto, incluirá numerosas entrevistas a científicos, caminantes, miembros de organizaciones civiles, pioneros e hijos de pioneros de muchos intentos industriales que fueron abandonados, como los criaderos de zorros, los aserraderos y los emprendimientos ganaderos que estuvieron en la zona.

Cuando arranqué este libro no tenía un rumbo tan definido”, explica el editor. Comenzó entrevistando a quienes él llama “Los Caballeros de Mitre”, esos asiduos visitantes de la actualidad. “Pero el libro me pedía más. Que siga entrevistando a arqueólogos, geólogos, a arqueólogos marítimos, prestadores de servicios que visitan la península, a navegantes, etc”.

Federico Gargiulo

Si bien se muestra sorprendido porque ya no haya ocurrido, Gargiulo está convencido de que Península Mitre tiene “todas las fichas” para convertirse en un área protegida. “Me sorprende que no se haya declarado antes, considerando que la idea viene hace casi 30 años, sin embargo, tiene muchos argumentos por los cuales debería declararse. Por lo que contribuye con la gran absorción de los turbales”.

Y es que cada vez son más las voces del ámbito social y político que apoyan la creación del Área Protegida. Un botón de muestra es el discurso de las y los legisladores que expusieron en la histórica sesión de mayo en la que se prohibió la instalación de salmoneras en el Canal Beagle, y donde quedaron claras las intenciones de acompañar el proyecto de ley que busca proteger para siempre la Península Mitre.

Los turbales representan el 3 % de la superficie del planeta y casi la mayoría de estos complejos ecosistemas han sido transformados para la agricultura y ganadería, la extracción de la turba y otras actividades humanas. Sin embargo, el extenso humedal de la península ha logrado mantenerse casi inalterado y recién empieza a verse degradado.

Además de su rol ambiental como una de las mayores “aspiradoras” de carbono del planeta y su valor paisajístico, para el escritor debería primar la cuestión cultural. “Todos estos restos de naufragios, los misioneros, la historia de Gardiner, las antiguas estructuras, son cosas que se deben proteger”.

Gargiulo señala que con todas las personas con las que conversa, “coincidimos en que tiene que haber una figura legal, un ordenamiento que permita salvaguardar Península Mitre y protegerla de la llegada de intenciones que comprometan el ambiente natural y cultural de esa región que es única en Tierra del Fuego y Argentina”.

Daniella Mancilla Provoste

EL ROMPEHIELOS

Deja tu comentario