Vencer a Macri pero no quedar atados a Cristina. La mala hora -pronunciada y persistente- del Gobierno y la economía, y, como efecto rebote, el repunte de Cristina de Kirchner son los pilares de un intríngulis político que inquieta a los gobernadores peronistas.
La semana que viene, según supo Clarín, los caciques del PJ enemistados con la ex presidente se reunirán en Capital -en principio en la casa de Entre Ríos- para emitir un mensaje doble: habrá críticas intensas contra Mauricio Macri pero distancia y frialdad con Cristina. Un expediente áspero apuró la cumbre y sirvió de excusa razonable: el reclamo que María Eugenia Vidal hizo en la Justicia para que le autoricen 50 mil millones anuales del Fondo del Conurbano avanza y la Corte pidió “opinión” a los gobiernos provinciales.
Los gobernadores tienen una posición uniforme: si habrá más fondos para Vidal, que se saquen de la parte de la torta de la Nación. “Usted pida lo que sea pero que a nosotros no nos toquen un peso”, le dijo hace un año Carlos Verna a Vidal en Córdoba. El pampeano será, confiaron fuentes del PJ, uno de los caciques que se sumará al grupo que se juntó el 17 de mayo donde estuvieron Juan Schiaretti (Córdoba), Domingo Peppo (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Lucía Corpacci (Catamarca), la fueguina Rosana Bertone, el riojano Sergio Casas y Juan Manzur (Tucumán).