En estos dos últimos años en los que se renovaron las iniciativas legislativas por una ley nacional de presupuestos mínimos para la conservación de los humedales, se multiplicaron las amenazas a estos valiosos ecosistemas y las afectaciones a la biodiversidad, comunidades y pueblos que los habitan y utilizan. El fuego, la agroindustria, la ganadería intensiva, los negocios inmobiliarios y la mega-minería acrecientan día a día la degradación y pérdida de estos ambientes.
También se renovaron y multiplicaron a lo largo y ancho del país las acciones y movilizaciones ciudadanas con el reclamo de la urgente sanción de una Ley de Humedales. Conscientes de esta deuda histórica ambiental de Argentina, varios legisladores y legisladoras presentaron numerosos proyectos (quince entre ambas Cámaras), organizaron una serie de sesiones informativas y destinaron horas de trabajo y discusión para obtener un texto unificado que logró dictamen de mayoría en la Comisión de Recursos Naturales de Diputados en noviembre de 2020.
Un año después el texto quedó sin ser tratado por las restantes comisiones de la Cámara Baja. Cajonearon la Ley de Humedales una vez más. Los números de https://activaelcongreso.org reflejan la situación en Diputados: 82 se pronunciaron a favor, 12 en contra y 159 se abstuvieron. Ello, pese a que las dos principales coaliciones partidarias se pronunciaron en 2016 y 2021 a favor de la sanción de la ley.
A poco de finalizar el año legislativo 2021, con una nueva composición del Parlamento tras las recientes elecciones, y al no estar en el temario oficial de las sesiones extraordinarias convocadas por la Presidencia de la Nación, una vez más la Ley de Humedales volvió al primer casillero.
En este escenario, organizaciones socioambientales como la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) que vienen siguiendo este proceso, reiteraron la demanda por la sanción de la Ley de Humedales. “Necesitamos su compromiso y decisión política. Las presiones de los lobbies extractivistas no pueden ser más fuertes que las demandas populares. Los humedales son un bien común del pueblo. El tiempo se acaba, no hay vida posible con ecosistemas destruidos. Nuestra lucha continuará en este 2022“.
Fuente: FARN