El Dr. Adrián Schiavini, se refirió a la emergencia por los perros sueltos. Sostuvo que es una consecuencia “indeseada” del incremento de la población, derivado de la Ley de Promoción Industrial. El científico propuso varias alternativas para controlar la problemática pero en síntesis aseveró que “la gente tiene que tener el perro dentro de su casa”.
En declaraciones a Radio Nacional Ushuaia, el investigador aclaró que “no es culpa de promoción de empleo” sino que “la gente viene con sus costumbre, entre ellas, considera que el perro tiene derecho de vagar todos los días”.
En este sentido, ejemplificó que “para mucha gente la tenencia responsable es que ‘el Colita’ salga de casa cuando se va a trabajar, y cuando vuelve lo está esperando en la puerta. Pero no es que no se va a ningún lado. Si van a las escuelas cuando entran los chicos, van a ver una cantidad de perros alrededor que evidentemente los van a acompañar. Mientras tanto hacen tropelías, muerden algún recolector de residuos, rompen bolsas de basura, persiguen alguien por la calle”.
“La gente piensa que castrando y desparasitando a su perro, o poniéndole un chip, se puede poner la chapa de tenencia responsable, pero nosotros vemos perros que tienen la marca de la operación y van corriendo autos, a otros perros, rompen bolsas de basura y no alcanza con eso. Además de esto, la gente tiene que tener el perro dentro de su casa”, consideró y agregó que “no se puede convencer a la gente que el perro debe estar en su casa”.
Schiavini planteó que desde el CADIC están desarrollando un sistema de monitoreo de perros sueltos y un seguimiento de la evolución de las políticas aplicadas.
“Las mordeduras se han incrementado en Tierra del Fuego. En 2008 andaban entre 4 y 5 por cada mil habitantes y ahora estamos entre 5 y 6 mordeduras por mil habitantes. Hay más perros sueltos y más posibilidades de que muerdan en algún momento del día”, aseveró.
Desde el CADIC están desarrollando un sistema de monitoreo de perros sueltos, para que en principio haya registros que permitan realizar un diagnóstico y seguimiento de la evolución de las políticas aplicadas.
Acerca de la normativa legal, apuntó que “no es la solución” porque “establece estándares mínimos que se deben cumplir. La autoridad de aplicación de la ley es la Secretaría de Ambiente y debe establecer indicadores, de cantidad de perros sueltos, mordeduras, castraciones, capturas. Son maneras de medir. La reglamentación establecerá cómo se manejan los fondos y un plan para manejar las poblaciones caninas”.
También apuntó a las Municipalidades que “con ordenanzas muy buenas, pero no se están cumpliendo. Hay actividades por hacer y no se hacen por falta de recursos. La ley no puede producir magia, y la magia está en manos de los municipios, que tienen muy buenas herramientas legales para hacerlo”, afirmó Schiavini y remarcó que el problema, al punto que ha llegado, “no se soluciona con las castraciones. Hoy la Municipalidad va a buscar el perro a tu casa, lo castra y te lo lleva en camioneta si el vecino no puede, pero no puede ser que el vecino lo deje suelto. Hoy las calles no son seguras para caminar, ni para el que trabaja, ni para el que pasea, ni para nuestros hijos. La mordedura se da mayormente en niños de entre 8 y 13 años, y en general en el pecho y la cara. Estamos exponiendo a los chicos y la gente que trabaja en la calle a problemas serios de heridas y de salud. Esa cantidad de perros sueltos está limitando nuestra posibilidad de usar el espacio público”, alertó.
Por último habló de una propuesta en base a la problemática: “primero, hay que generar más recursos para las áreas de zoonosis de los municipios, para castraciones, captura de canes sueltos, y la efectivización de las multas a los propietarios. Segundo, hay que buscar medidas alternativas de emergencia que nos permitan atacar el problema de perros sueltos en la ciudad. La provincia y los municipios están limitados porque somos provincia no eutanásica. Entonces, la perrera se llena de animales y llega un momento en que no se puede salir a capturar más perros. La solución pasaría por construir más caniles, pero ¿cuántos caniles más vamos a construir, 200, 300 caniles? Son miles de perros y hay que implementar medidas como otros países, cuando hay perros que no son adoptados y pasa un tiempo prudencial. Lamentablemente hay que decidir por la eutanasia de esos animales”, sentenció.
“En necesario modificar la legislación, para atender aunque sea esta emergencia. La eutanasia no es la solución definitiva, porque el tipo que tiene un perro suelto y no le importa el prójimo, va a conseguir otro perro que va a seguir suelto. Pero tenemos que buscar una alternativa para que el sistema de captura y adopción sea sostenido en el tiempo. Eso debe incluir la eutanasia como una de las medidas adicionales a tomar, como lo hacen otros países desarrollados”, finalizó Schiavini.
Silvana Minué