El grupo de investigación “Eslabón Perdido”, dedicado a la búsqueda de naufragios de submarinos en la inmensidad del Mar Argentino afirma que durante este año fue hallado a pocos kilómetros de Quequén, en la costa bonaerense, un sumergible que pudo pertenecer a los altos mandos del régimen del nazi.
Abel Basti, periodista e investigador especializado en la presunta llegada de Adolf Hitler a la Argentina, comandó la búsqueda que llevó casi un año. En marzo, denunció ante la Prefectura Naval Argentina el hallazgo de restos de lo que podría ser una embarcación, a casi 30 metros de profundidad en aguas argentinas.
Según publica el portal Infobae “la Prefectura Naval Argentina corroboró el hallazgo de la estructura e inició su propia investigación para intentar determinar el origen y el tipo de estructura encontrada”.
La pericia argentina dio un primer dictamen respecto a que no es un barco y hay piezas compatibles con “un submarino alemán”.
Tras descartar que se tratan los restos de un buque, los peritos concluyeron que la “zona de dispersión” de los restos del naufragio guarda relación con el tamaño de los submarinos oceánicos de la Segunda Guerra Mundial, citando a modo de ejemplo los modelos alemanes tipo IX y XXI que tenían más de 76 metros de eslora.
“Todavía no estamos en condiciones de decir de donde viene ese submarino. Pero todos nos imaginamos de dónde podría ser”, dijo Carlos Palotta, colaborador de Eslabón Perdido, en declaraciones al programa Arriba Argentinos.
“Hay noticias de la época que hablan de un desembarco de jerarcas nazis en la zona. Frente a ese lugar descrito en las crónicas está este submarino hundido”, relató Abasti, quien además sostuvo que en una nave de este tipo “podrían haber viajado unas cincuenta personas”.
El diseño de estas naves era sumamente avanzado para la época. Debido a lo tardío de su entrada en servicio, no pudieron desempeñar un papel significativo en las operaciones de la batalla del Atlántico. Dicho diseño marcó tendencia para los submarinos construidos en la posguerra.