La organización ambientalista Greenpeace realizó una intervención en la Exposición Rural como forma de protesta contra la deforestación en el norte de Argentina. La organización denuncia que la expansión descontrolada de la ganadería intensiva amenaza a los bosques del Gran Chaco argentino y pone en peligro la supervivencia del yaguareté.

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La Rural está en el centro de todas las miradas. La semana pasada fue noticia la desmedida reacción de un grupo de participantes de un concurso de doma contra manifestantes veganos, a los cuales atacaron con rebenques, atropellaron con sus caballos y expulsaron del predio a patadas y golpes. El hecho disparó un gran debate y puso en primera plana la discusión sobre el consumo de carne, los métodos de producción, los derechos de los animales y, de paso, el uso y justificación de la violencia física para defender una postura.

Días más tarde, mientras aún resuena fuerte en redes y medios de comunicación la guerra entre “veganos y gauchos”, Greenpeace tomó la posta y causó un nuevo revuelo. Todo sucedió durante el discurso de inauguración de la Exposición Rural, de la cual participaban importantes figuras del gobierno nacional, incluido el presidente Mauricio Macri.

Mientras el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) daba su discurso, seguido con atención por el presidente Macri y la primera dama Juliana Awada, dos carteles descendieron desde el techo, enmarcando el palco. “Ganaderos, basta de desmontes” y “Destruir bosques es un crimen” fueron las leyendas que pudieron leerse en los dos banners amarrillos que aparecieron como por arte de magia detrás del presidente de la SRA.

Greenpeace desplegó carteles en el acto inaugural de la Exposición Rural para denunciar que la expansión descontrolada de la ganadería intensiva en el norte del país implica la destrucción de los bosques del Gran Chaco argentino y la extinción del yaguareté. La protesta se realizó en el escenario, durante el discurso del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, que se encontraba junto al presidente de la Nación, Mauricio Macri.

Solo duraron unos segundos hasta que fueron arrancados, pero el mensaje fue claro. Según Greenpeace los desmontes en el Gran Chaco argentino responden a la expansión de la ganadería intensiva y amenazan la supervivencia del yaguareté, felino en gran peligro de extinción a causa, principalmente, de la destrucción de su hábitat natural.

“Desde que se sancionó la Ley de Bosques a fines de 2007, en la provincia de Salta la Sociedad Rural viene reclamando su derogación y que se habilite la posibilidad de desmontar 5 millones de hectáreas para el desarrollo de la ganadería intensiva”, señaló Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace. La Secretaría de Ambiente de Argentina estima que entre 1990 y 2017 se perdieron 7,7 millones de hectáreas de bosques, una superficie similar a la de Formosa.

El 80% de los desmontes se concentran en la región chaqueña, principalmente en las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Formosa, donde los últimos cinco años la deforestación por ganadería intensiva fue más del doble que la provocada por agricultura.

El argumento de Greenpeace se fundamenta en un informe que demandó un año para su elaboración. El trabajo titulado “El sacrificio de los bosques del Gran Chaco” revela quienes son algunos de los principales actores de la destrucción de bosques nativos en el Gran Chaco argentino. En el mismo la ONG asegura que “la industria ganadera pone a funcionar sus grandes topadoras, que arrasan impunemente con todo a su paso, haciendo desaparecer a los bosques chaqueños y casi todas sus especies. En ese suelo, ahora raso, instalan sus vacas luego de plantar pasturas para el engorde de un producto que luego será exportado y terminará en la góndola de un supermercado”.

Giardini aseguró que “el famoso bife argentino llega a la mesa de los consumidores de Europa e Israel a costa de aniquilación de nuestros bosques y de la extinción del yaguareté”. Greenpeace advierte que de implementarse el acuerdo MERCOSUR – Unión Europea, crecerá la demanda de carne vacuna argentina, será más rentable el negocio exportador de los grandes frigoríficos y aumentará la presión sobre los bosques. “Los ambiciosos planes de aumento del stock ganadero de las provincias del norte de Argentina ponen en riesgo a 10 millones de hectáreas de bosques. Su degradación, deforestación y fragmentación dejará casi sin posibilidades de supervivencia a los últimos 20 yaguaretés que quedan en la región chaqueña”, afirmó Giardini.

El informe publicado por Greenpeace representa un nuevo argumento para quienes se oponen a la producción y consumo de carnes y se suma a una larga lista de datos que sustentan la idea de que la ganadería tiene un gran impacto negativo para el ambiente, las especies silvestres y la salud y calidad de vida del ser humano.

Abel Sberna

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