Entre 1880 y 1930-1940 se dio un fenómeno de fuerte colaboración de Chile y la Patagonia en lo que a ganadería se refiere. ¿Qué ocurrió para que esa relación mermara? ¿Cuándo comenzamos a mirar el Atlántico en detrimento del Pacífico?

La producción bovina extensiva en Patagonia se consolidó luego de la incursión militar y la campaña del desierto. Cómo fue su evolución, el remate de lotes, el papel fundamental de Chile y las causas de la caída de esta actividad en las áreas próximas a la Cordillera de los Andes del sur argentino.

La actividad ganadera en el viejo territorio del Neuquén se dio especialmente a partir de Zapala hacia los departamentos del Sudoeste y también hacia el Oeste, donde las características geográficas eran ideales para la producción ovina y bovina.

En este punto también influía la disponibilidad suficiente de agua, además de tierras acordes para el pastoreo de los animales, sobre todo por las características que comparte con el área andina con la cual limita.

Casa de la Compañía Comercial y Ganadera Chile y Argentina en Bariloche. Foto Wikimedia

Casa de la Compañía Comercial y Ganadera Chile y Argentina en Bariloche. Foto Wikimedia

Los departamentos de Los Lagos, Lacar, Huilliches y Aluminé, y la sección Oeste de los departamentos Picunches, Loncopué y Ñorquin, son de las zonas más aptas para ganadería. También el área sudeste, con los departamentos Catan Lil, Collón Cura y Picún Leufú.

Asimismo, se considera que el área Noroeste integrada por los departamentos Chos Malal y Minas, posee suelos acordes, aunque con el tiempo, se fueron dedicando en mayor medida a la producción ovina.

Aún hoy la actividad ganadera extensiva ocupa gran parte del territorio neuquino. Sin embargo, en el periodo que va desde 1880 a 1930-1940 se dio un fenómeno de colaboración centrífuga con el vecino país de Chile, que implicó la exportación de carnes y subproductos a través del Océano Pacífico.

Una unión de libre comercio

Las investigaciones sobre el tema que realizó la académica Susana Bandieri son reveladoras. A partir de sólidas fuentes documentales, pudo reconstruir las relaciones socioeconómicas que tuvo la Patagonia del viejo territorio neuquino con el vecino país.

Tan fuertes fueron estos vínculos que es difícil esbozar hipótesis en términos de límites geográficos entre un país y otro, especialmente si hablamos del sur de ambos territorios en su zona andina.

A partir de 1880 comenzaron a coexistir dos economías complementarias, que surgieron de la necesidad, por un lado, de los comerciantes y productores chilenos de contar con materia prima bovina y, por el otro, la disponibilidad de esa materia prima del lado argentino.

Panorámica de Zapala. Foto: Museo Municipal de Zapala.

Panorámica de Zapala. Foto: Museo Municipal de Zapala.

La demanda se daba tanto en los centros urbanos como en la zona del puerto del Océano Pacífico, y la provisión de vacunos se realizaba no solamente desde el territorio neuquino sino también desde la zona Andina de Chubut y Río Negro.

La producción en base a la carne de vaca se realizaba en curtiembres, saladeros y graserías. Mientas que, desde los puertos chilenos se exportaba curo, tasajo y otros productos hacia Europa y otros países de Sudamérica.

Esta actividad, también explica, según la historiadora Bandieri la adquisición de tierras de parte de empresarios transandinos en el territorio argentino.

Otra ventaja, era la menor distancia para transportar mercancías a través del Pacífico, mucho menos costosa que desde el Atlántico. Este intercambio también implicó la implementación de prácticas culturales comunes a ambos países y hasta la circulación de la moneda chilena en el territorio argentino.

Toro raza Aberdeen Angus. Foto: Archivo General de la Nación

Toro raza Aberdeen Angus. Foto: Archivo General de la Nación

Es imperioso remarcar que, antes de la llegada del hombre blanco a las zonas cordilleranas, éstas estaban pobladas únicamente por pueblos originarios, quienes practicaban la ganadería trashumante a pequeña escala, en estrecha colaboración e intercambio con los pueblos chilenos.

A partir de la construcción del estado nacional y la ocupación militar en los territorios del sur neuquino, comenzó un proceso de reparto de tierras fiscales con capacidad productiva, las cuales fueron rematadas, ocupadas directamente o entregadas en concesión.

El ganado que se trabajaba en la zona era de tipo criollo, no importaba tanto la calidad, ya que estaban destinadas a los saladeros y era escaza la preocupación por las razas o cruzamientos especiales. El universo de los nuevos terratenientes eran algunos inversores chilenos y otros ganaderos de la provincia de Buenos Aires, que tenían campos en La Pampa húmeda.


Los factores que llevaron al fin del intercambio

La economía de colaboración muta entre el territorio argentino y el chileno, duró hasta la década de 1930 con algunos resabios hacia el 40. Ya hacia 1904 con la llegada del ferrocarril a Neuquén y luego a Zapala en 1913, comenzaron los intentos para reorientar el comercio de carnes hacia el puerto de Bahía Blanca y los mercados del océano Atlántico.

Sin embargo, el libre comercio entre los países andinos continuó varios años después. En ese periodo, existió el comercio directo entre productores y compradores en las áreas de cordillera sin intervención del fisco, solo se exigía una inscripción administrativa pero no existían controles estrictos.

Hombres de campo. Foto: Archivo General de la Nación

Hombres de campo. Foto: Archivo General de la Nación


A partir de la crisis de 1929 y 1930, fueron las autoridades chilenas quienes comenzaron a imponer barreras arancelarias y controles más fuertes a las importaciones.

Por su parte, en Argentina se profundizó el modelo sustitutivo de importaciones. Este hecho implicó mayores controles y proteccionismo de la industria nacional, y en consecuencia un refuerzo de los controles en la cordillera para el tránsito de mercancías.

Desde ese momento comenzó el quiebre de la ganadería regional y la reorientación definitiva del comercio hacia el Atlántico, en desmedro del Pacífico.

Sin embargo, este proceso histórico, de larga data de intercambio comercial y cultural con las poblaciones del país trasandino, dejaron huellas que aún hoy sobreviven y se resignifican en la memoria colectiva.

Fuente: LM Neuquén
Fuentes consultadas
BANDIERI, Susana y FERNÁNDEZ, Sandra. La Historia Argentina en perspectiva local y regional. Nuevas miradas para viejos problemas. Buenos Aires, Teseo, 2017.
BLANCO, Graciela. La ocupación de la tierra pública en Neuquén: política distributiva, formas de tenencia y uso del suelo (1880-1920). Conicet.

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