Nuevos documentos secretos y confidenciales que debieron presentar el auditor de la Armada Argentina y el ministro de Defensa Oscar Aguad al Juzgado Federal de Caleta Olivia, a cargo de la jueza Marta Yáñez, revelaron que el submarino ARA San Juan tenía la orden de espiar a la armada británica en Malvinas.

En primer lugar, según la “Orden de Operaciones del Comando de la Fuerza de Submarinos” N° 04/17, fechada 24 de octubre de 2017, el submarino ARA San Juan debía “obtener reconocimiento preciso” y “localización, identificación, registro fotográfico/fílmico” de aeronaves militares y logística que responden a la gobernación de las Islas Malvinas y a la Real Fuerza Aérea británica. El escrito precisa que debía recolectar información sobre varios buques, entre ellos el “BP CFL HUNTER”, el “HMS CLYDE” y el “FPV PROTEGAT”.

La instrucción está rotulada como “confidencial” por la comandancia de la Armada. Además de fiscalizar la presencia de pesqueros extranjeros que desarrollan su tarea comercial “fuera de las 200 millas”, la tripulación tenía la misión de realizar inteligencia sobre parte de la flota y la aviación de guerra y comercial inglesa con base en las Islas Malvinas.

El dato, desconocido hasta hoy, fue negado ante reiteradas consultas periodísticas y de los familiares de los tripulantes por el Ministerio de Defensa y por la Armada.

Parte de la zona hacia donde había sido destinado el submarino está señalada como de prohibición de pesca para buques no autorizados por la gobernación de las Islas Malvinas y es patrullada por naves rápidas inglesas.

Para que no queden dudas sobre la zona en la que el submarino desaparecido debía realizar sus operaciones de fotografía, localización e identificación, la orden estableció un área de patrullaje denominada “Juliana”.

Abarcaba una amplia superficie comprendida por las latitudes y longitudes 46° 00′ S, 61° 30′ W- 46° 00′ S, 59° 34′ W- 47° 50′ S, 60° 24′ W, 47° 50′ S, 62° 20′ W, cuya proyección demuestra que el submarino y sus tripulantes debían navegar en un área que el Reino Unido considera como propia, según un informe del periodista Andrés Klipphan en Infobae.

De acuerdo a los documentos, al submarino argentino se le ordenaba que violara el artículo 111° de la Convención de la Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar (Convemar). Sin embargo, no existen pruebas contundentes aún que determinen si el ARA San Juan cumplió con esta directriz en la misión en la que desapareció, a pesar de que sí lo hizo en su penúltima.

En los días que transcurrió esa penúltima misión (9 y 10 de julio de 2017), el ARA San Juan detectó el “rumor sonar” de un submarino nuclear presumiblemente británico por la zona, y en ese caso, la Armada Argentina violó convenios y tratados internacionales.

Los posicionamientos del submarino argentino cuando identificó a su par nuclear lo ubican, según la cartografía naval el día 9 a las 19:48 a 18 millas náuticas (33,3 km.) dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina. La proyección de la dirección de donde provenía el “rumor sonar” ubica al submarino extranjero cerca de la posición del ARA San Juan. En cambio al día siguiente, el 10 de julio, a las 03:45, ubica al ARA San Juan sobre la línea imaginaria que determina el límite exterior de la Zona Económica Exclusiva. Y esta vez el “rumor sonar” ubica al submarino nuclear mucho más cerca del submarino de bandera argentina.

Si en la navegación anterior a su desaparición el ARA San Juan individualizó y fotografió a los objetivos ingleses, tal como estaba previsto en la “Orden de Operaciones del Comandante de la Fuerza de Submarinos N° 01”, el dato no fue informado en el reporte oficial que consta en la causa.

El capitán Fernández también reconoció que durante aquellas tareas encomendadas el único periscopio que funcionaba tenía la óptica dañada, que por momentos solo podía navegar a 5 nudos, que había ingresado agua del snorkel, que desde el momento de zarpar el submarino presentó problemas en su sistema de comunicaciones, que desde el día 11 de navegación perdieron 50 litros de aceite diarios y que, entre otras irregularidades, “a partir del segundo día de navegación se detectó un ruido permanente en la línea de eje entre 65 y 85 revoluciones por minuto (RPM), que se mantuvo a lo largo de toda la navegación”. Estos podrían también ser la causa por la cual el submarino nuclear británico no tuvo dificultades en detectar al ARA San Juan.

En la misma orden del 24 de octubre también se disponen tareas de inteligencia sobre buques pesqueros que operan fuera de las 200 millas.

En este caso, el comandante Fernández no sólo se vio obligado “disminuir los ruidos al máximo” por la “posible presencia de un submarino nuclear”. También tuvo un incidente con el pesquero chino LU RONG YUAN YU 883.

La cartografía naval difundida por Prefectura Naval Argentina demuestra que el buque asiático estaba pescando calamar Illex en aguas internacionales, de manera legal, lo que deviene en innecesaria la presencia del submarino argentino en la zona.

En la previa al encuentro entre Mauricio Macri y los familiares de los tripulantes desaparecidos del ARA San Juan, el Gobierno tomó distancia y pidió “prudencia” sobre el documento que asignaba al submarino identificar y registrar aeronaves militares británicas entre sus tareas, y el presunto vínculo entre esas órdenes de operaciones y su explosión.

No tenemos esa información. Es una interpretación. Nuestra versión no es la misma. Es un patrullaje de rutina que se hace. Como todo submarino hace un patrullaje en la zona”, aseguró el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, este mediodía en el programa de Mirtha Legrand, y recordó que el Presidente recibirá este martes a familiares de los 44 desaparecidos. Las revelaciones de las tareas del ARA San Juan agregarán tensión al encuentro.

Las órdenes de operaciones de inteligencia sobre barcos y aviones ingleses reviven las versiones sobre un presunto ataque como motivo de la desaparición del ARA San Juan, el 15 de noviembre.

Hay que ser muy prudentes con esa información. Tomamos nota, todo, pero es una operación de rutina. Se plantea como si hubiera un enfrentamiento y no hay hoy, más allá de que reivindicamos nuestra soberanía en Malvinas”, buscó Peña bajarles el tono a las especulaciones, e insistió ante las repreguntas de la conductora del programa y el resto de los participantes: “Hay que ser muy prudentes, se genera la sensación de que puede haber un enfrentamiento y no hay ningún indicio a nuestro entender de que eso pueda haber pasado”.

Macri recibirá a los familiares en la Casa Rosada este martes, a 83 días de la desaparición. Será el segundo contacto, luego de la visita del Presidente a la Base Naval de Mar del Plata el 20 de noviembre, cinco días después del momento en que se perdió el rastro.

Oscar Aguad -Ministro de Defensa- les avisó que podrá entrar una persona por cada tripulante y ellos contaron que se pondrán de acuerdo para las preguntas y los reclamos.

 

María Fernanda Rossi

Fuentes: Crónica, Clarín, Infobae

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