Nicolás Trelles (Buenos Aires, 1990). Escribe poemas y ensayos, y estudia filosofía. En el invierno del año 95 su familia se mudó a Tierra del Fuego. Ha sido vendedor de libros online, delivery en horario bancario, buscador y vendedor de cosas valiosas encontradas en las calles de los lugares por los que pasa (Pirquinero). Posee un record personal de haber estado 60 dias sin bañarse. No come champiñones. Le teme a los aviones. Desconfía de los abogados, contadores, trabajadores de la salud y psicopedagogas. Ha peregrinado en cerros de la provincia de Tierra del Fuego y en barrios del conurbano bonaerense. En la actualidad está comprometido con Pensamientos locales, proyecto de valores regionales y excéntricos, que encarna la voluntad explícita de desembarazarse de las teorías universalistas europeas. Además, trabaja en varios poemarios con distintas editoriales emergentes, entre las cuales cuentan: Rara avis, Dagas del Sur. No conoce el norte de la Argentina. Nicolás dejó la ciencia a la edad de 13 años. Cree en la palabra como una herramienta de emancipación masiva, cree en la plasticidad de las palabras, no posee conocimientos de gramática ni teoría literaria, no posee tatuajes. Piensa que la pampa es un instrumento de dominación inglés y que proyectar su sombra a la Patagonia le quita su belleza y potencia propia.
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Poemas de Nicolás Trelles:
Los corazaones revolucionarios
Solo pueden alimentarse de lo impredecible
Lo temerario solo se identifica con lo temerario
Aquel quien ama más su propia vida que su causa
Esta condenado a la desesperanza
Y vivira por siempre en esta verdad reiterativa
Para acercarnos al futuro necesitamos corazones incendiarios
Tengo miedo de morir
Viejo y en un lugar
Rodeado de viejos
—-
Necesito que me digas
“con vos soy un lago”
Sino
Soy solo un desierto
—-
Porque cuando escapas como una rata de tu verdugo,
el viento, lo que va desde vos
hacia atrás,
es lo que te dice
qué viene
Porque el viento
el único órgano para nos lanza,
porque esta
continuamente
YÉNDOSE?
Es que cuando sopla da sonido a las cosas,
Es él quien nos enseña que los poetas son seres solitarios,
miserables
vagabundos y egocéntricos,
por eso
(es por eso)
que tenemos que ser viento (y no poetas),
para ser futuro
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