Ale Lagos es una ilustradora y artista plástica de Tierra del Fuego.

Estudió Licenciatura en Artes Plásticas en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata.

En 2010 se muda a Mar del Plata y estudia diseño gráfico, del encuentro con la pintura surge su interés en la investigación de propuestas para el diseño de patterns. Inicialmente toma las flores nacionales de los países latinoamericanos para crear patrones que funcionan como un elemento decorativo, y que a su vez conservan un diálogo con la cultura a la que hace referencia. Este vínculo es el que determinará el camino de su obra plástica. En la ilustración es un recurso que aplica en gran parte de sus proyectos.

Desde el año 2016 se desempeña como ilustradora para distintos medios y proyectos particulares e independientes, especialmente en el área de ilustración editorial y de producto. Sus trabajos se encuentran en libros, revistas, indumentaria y papelería.

Actualmente forma parte de la Asociación de Dibujantes de Argentina (ADA), trabaja como ilustradora y dicta talleres en su atelier en Mar del Plata. Asimismo, lleva adelante su emprendimiento de dibujo aplicado y su estudio de diseño gráfico Un oasis ∙ Estudio.

Nos cuenta Ale Lago para los lectores de EL ROMPEHIELOS:

Si bien hace muchos años que no vivo en Tierra del Fuego, me ha dejado el amor por la naturaleza, el aire fresco, los árboles de mil colores y el enorme cielo. Cada vez que vuelvo me maravillo con su paisaje. Viví también un par de años en Ushuaia, estando en el fin de la tierra me acerqué de otro modo a su historia, supe de quiénes se lanzan al mar en busca de aventuras. Observé los barcos ir y venir, escuché las anécdotas de los viajeros y sus travesías para llegar al fin del mundo. Con esto, los detalles de la naturaleza y los viajes han sido y siguen siendo el tema central en mi trabajo. Los botes a la deriva, las valijas, los caminos, las despedidas y las llegadas.

Mi primera obra es un sombrero con dos personas en un bote, flotando en él. No es mi primer dibujo, pero fue el inicio de lo que motivó mi trabajo en adelante. La idea de que todo es posible, así no sea tangible, si puedo imaginarlo, dibujarlo y ponerlo en un papel entonces existe.

Desde entonces ha sido un diálogo constante, casi como un juego, converso con mis personajes. Al comenzar un dibujo me pregunto: ¿Y si esto no es como lo conocemos, qué pasaría si fuese de otro modo?

En el trabajo diario tengo como premisa no detenerme, no pasar un día sin dibujar o pensar en dibujar. Es en esa constancia en donde encuentro y descubro, es el motor que me permite inventar. Uno imagina por naturaleza, pero si le prestas atención a una idea, no dejas que se esfume y la das vuelta, la borrás y volvés a hacer, armás y desarmás, ahí comenzás a crear, y es un placer que sea de ese modo. No es sencillo, dedicarse a la ilustración puede ser bastante solitario, por eso me mantengo con varios proyectos y voy saltando de uno a otro según lo que el cuerpo pida. A la mañana trabajo en el taller donde doy clases y dedico esas horas a la pintura, renuevo trabajos, enmarco y sigo pintando. A la tarde, cuando se va cerrando el día lo dedico al dibujo, ideas para series o libros. Un poco a esto y otro tanto al diseño de papelería para el estudio.

El arte es lo que somos, es nuestro modo de ser en el mundo, suelo decir que el arte me ha salvado la vida en más de una ocasión, y sé que no soy la única. Creo que el arte nos permite en principio saber de nosotros mismos, y si nos conocemos podemos acercarnos con gentileza y empatía al otro. A veces te muestra cosas que ni vos sabías que tenías o pensabas, te obliga a la reflexión. El arte en todas sus formas, inevitablemente hace que te cuestiones, que te preguntes, que imagines y crees respuestas inesperadas.

También creo que en el camino se ha desdibujado su forma, se lo ha puesto en lugares privilegiados en donde para muchos es un bien a admirar, o una capacidad imposible. Sin embargo, el arte es inherente al ser humano y más que admirar hay que tomarlo, reconocerlo, hacerlo propio. El arte nos permite pensar en el otro y contar nuestra realidad, hoy. En ningún otro momento vamos a tener la misma posibilidad.

En este momento en donde la actualidad parece darnos un respiro con la pandemia, estoy trabajando en eso, esta época nos ha puesto cara a cara, nos ha mostrado en carne lo que somos como individuos y como comunidad. Algo acerca de nuestra maravillosa capacidad de adaptarnos y reinventarnos para vivir.

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