– Quizás algún día pueda dejar de beber. Todos dicen lo mismo, ¿verdad?
– Se tarda unos tres años.
– ¿Tres años? – Pareció consternado.
– Por lo general, sí. Es un mundo diferente. Hay que acostumbrarse a colores menos brillantes, a sonidos más quedos. Puede haber recaídas. Todas las personas que conocía le parecerán un poco extrañas. La mayoría ni siquiera le caerán bien, y usted a ellas tampoco.
fragmento de EL LARGO ADIOS de Raymond CHANDLER, 1953.
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